En Julio del año 2006 el Grupo estadounidense GM cerró la planta de Azambuja en Portugal para llevarse la producción a Figueruelas en España. La Comisión Europea advirtió al Gobierno Portugués que no debía interferir en el cierre de la planta. Esto supuso el despido de la totalidad de los 1.200 empleados de la factoría. GM adujo en su día razones de ahorro, indicando que en la fábrica lusa el coste unitario de un vehículo era de unos 500 EUR superior al de otras factorías, por ejemplo la española.
El pasado jueves se produjo un preacuerdo entre la firma Magna y los sindicatos de Figueruelas para rescindir 900 puestos de trabajo (las cantidad de partida era 1.600), de un total de 7.600 empleados.
En el aspecto industrial, el más relevante, Magna se compromete a mantener la capacidad productiva de la factoría, a otorgarle la producción del futuro Corsa a partir de 2013, garantizando hasta entonces una carga de trabajo mínima del 70%, y a conservar en Zaragoza las matrices de estampación.
La situación de Opel, una firma creada en 1863 por Adam Opel, dio un giro radical a principios del 2009 por la situación mundial de su matriz General Motors. La compra del 80% de las acciones por la multinacional norteamericana se produjo en ¡1929!
En Septiembre del año en curso GM vendió el 55% de la propiedad de Opel a la firma canadiense Magna respaldada por el banco ruso Sberbank. Entonces factorías productivas como Figueruelas comenzaron a ver amenazados la viabilidad de sus puestos de trabajo.
¿Todo esto es fruto de la ley de mercado y de la crisis global que vivimos? Es cierto que los pies de GM eran de barro hace una década pero no se hicieron visibles hasta el 2008. Para los trabajadores que se ven afectados por los cientos de reajustes actuales hay muy pocos argumentos que les puedan consolar. El cierre de Azambuja hace 3 años es el reflejo que en épocas buenas o malas la deslocalización ha sido una política industrial practicada y que la globalización tiene grandes oportunidades pero hay que ser consciente que tus competidores ahora son belgas, chinos, rusos o canadienses. Hay que estar preparado para competir no en mercados locales sino en la liga internacional de las empresas.
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