La economía chilena afronta la crisis en unas condiciones bastante más favorables que otros países de América Latina. Tiene una posición fiscal muy saneada, un bajo nivel de endeudamiento externo, un sistema financiero relativamente sólido y un historial prolongado de ortodoxia económica y estabilidad política.
No obstante, el desplome del comercio internacional está golpeando duramente a la economía chilena, que es, con diferencia, la más abierta de la región (un índice de apertura del 90%). En 2009 el PIB retrocederá un 2% Será la primera caída media anual desde 1999, cuando el PIB descendió un 2,6%, como consecuencia del impacto de la crisis asiática a través también del sector exterior. Las perspectivas de medio plazo son algo mejores: la economía podría crecer un 2% en 2010 -sensiblemente por debajo de su potencial-, gracias a la reactivación de la demanda global.
Esfuerzo fiscal en línea con las economías desarrolladas…
La prudencia fiscal de los últimos años ha permitido al gobierno implementar una amplia batería de medidas fiscales y financieras para luchar contra la recesión. El paquete fiscal propiamente dicho, cuyo importe equivale al 2,8% del PIB, incluye rebajas de los impuestos sobre la renta personal y empresarial, mayores inversiones en infraestructuras y vivienda, y transferencias para las familias de bajos ingresos. Además, se han puesto en marcha iniciativas de apoyo financiero a las empresas (0,8% del PIB), como las recapitalizaciones de Codelco y del Banco Estado y la concesión de créditos a PYMEs y exportadores. El importe total de las medidas asciende a 5.900 millones de dólares, equivalentes al 3,6% del PIB en línea con los países desarrollados-.
La merma de los ingresos públicos -debido a la menor actividad económica y a la corrección de los precios del cobre- y el aumento del gasto público -que el gobierno estima en un 14,5%- obligará a cerrar el presupuesto en números rojos por primera vez desde 2003. El déficit superará el 3% en 2009 (cuando fue positivo en 5,7% en 2008), y se reducirá hasta el entorno del 1% en 2010, gracias a la mejora de la situación económica.
…y estímulo monetario sin precedentes
Los riesgos que pesan sobre el crecimiento y la moderación de la inflación han llevado al Banco Central de Chile a poner en marcha una agresiva política monetaria: desde enero, el BCCh ha recortado el tipo de intervención en seis ocasiones dejando los tipos en el 0,75%, mínimo histórico. El escenario más probable es el de mantenimiento de tipos en el corto plazo, mientras la economía siga sin mostrar signos claros de recuperación y la inflación continúe en niveles bajos. En julio, se situó en el 3,1% interanual y seguirá descendiendo hasta finales de 2009.
Soplan vientos de cambio político
La rápida reacción del gobierno ante la crisis ha permitido a la presidenta Bachelet afrontar la recta final de su mandato con unos índices de aprobación que rozan el 70%. Sin embargo, el repunte de la popularidad de la mandataria no parece suficiente para impedir que el centro-izquierda -que ha gobernado Chile desde el retorno de la democracia en 1989- pierda el poder en las elecciones presidenciales y legislativas previstas para diciembre de este año. El lógico desgaste tras dos décadas en el gobierno, las tensiones internas y la proliferación de casos de corrupción están siendo un lastre demasiado pesado para el candidato “oficialista” Eduardo Frei -que ya fue presidente entre 1994 y 2000-. El escenario más probable es que el próximo inquilino del Palacio de La Moneda sea Sebastián Piñera, que repite como candidato, al frente de una coalición que agrupa a la derecha y a disidentes de la Concertación. En cualquier caso, la alternancia en el poder no provocará cambios sustanciales en la gestión económica ni alterará la estabilidad política de Chile, que es una de las democracias más consolidadas del continente.
Fuente: Servicio de Estudios de Caja Madrid. Observador Latinoamericano. Julio de 2009.
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