El BCE ha bajado el tipo repo hasta el 1%, tal y como estaba previsto. También ha estrechado el corredor de tipos: el de las facilidades de crédito se sitúa en el 1,75% (-50 pb) y el de las facilidades de depósito en el 0,25% (no cambia). Además, Trichet no ha asegurado que este vaya a ser un suelo definitivo para los tipos de interés, ni tampoco ha asegurado (al contrario que la FED) que los tipos vayan a permanecer en estos niveles durante un largo período de tiempo.
El otro punto de interés de la reunión de hoy giraba en torno al anuncio de nuevas medidas no convencionales de política monetaria. En este sentido, ha habido sorpresas, pues al esperado alargamiento del plazo de las operaciones de inyección de liquidez -lo ha ampliado desde 6 hasta 12 meses- se une la ampliamente demandada decisión de comprar títulos de deuda. Trichet ha anunciado la compra de covered bonds -cédulas hipotecarias, Pfandbriefe , etc- Los detalles de esta operativa no se conocerán hasta el 4 de junio, aunque ha apuntado que el volumen será de hasta 60.000 millones de euros. Hay que recordar que estos activos se utilizan como garantía por las entidades financieras europeas en las subastas. Además, se anuncia que el BEI pasará a ser contrapartida de las operaciones de política monetaria.
Es posible que el BCE pueda mantener los tipos durante un tiempo en el 1%. Pero no descartaría nuevas bajadas por tres razones:
1) Las reglas de Taylor estarían aconsejando tipos incluso negativos
2) Existe una clara división en el consejo y la mayoría prefieren bajar más los tipos, contra la opinión del grupo liderado por los alemanes.
3) Existe una apreciable probabilidad de “fallo” en las expectativas actuales de recuperación. Se puede tocar fondo después del verano, pero el crecimiento tardará mucho en acercarse al potencial y con un “output-gap” negativo elevado, existe más riesgo de deflación que de inflación. Es decir, los “brotes verdes” no creo que anticipen una recuperación en V.
Lo más importante es la utilización de medidas no convencionales, tanto por el alargamiento de los plazos de inyección de liquidez, como por la decisión de comprar bonos garantizados. Es un mercado en el que son muy activas las entidades financieras alemanas y las españolas. Aunque hasta el mes de junio no tendremos los detalles de cómo se instrumentará esta decisión.
La reacción de los mercados ha sido de repunte de las tires y de apreciación del euro. En las bolsas no se ha percibido una incidencia destacada, pues están más atentas a otros factores. Las tires, más concretamente, han registrado un repunte en los primeros momentos, quizá fruto de una cierta decepción al no ser el tipo de título “escogido” para ser comprado por el BCE. El euro se ha apreciado hasta 1,34 con el dólar probablemente porque por fin se ha visto al BCE actuar de forma “valiente”.
En definitiva, como es tradicional en el BCE, es decir, con cierto retraso, se empiezan a utilizar medidas no convencionales de política monetaria, ante el mal comportamiento del crédito en la zona euro durante los últimos meses. Es decir, también en Europa han pasado a mejor vida los tiempos en los que la política monetaria se caracterizaba por un objetivo (inflación) y un instrumento (tipos a corto plazo). Es posible que después de testar los efectos de la compra de covered bonds se amplíe el rango de títulos sujetos a una posible adquisición por parte del BCE. En definitiva, el BCE da su brazo a torcer y entra en el “mundo” de la relajación cuantitativa. ¡Lo qué ha cambiado la película desde que decidió subir tipos en julio de 2008!
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