Se denominan remesas a los envíos de dinero que envían los emigrantes a sus países de origen. Lo más normal es que este dinero proceda de los sueldos y salarios que cobran los emigrantes por su trabajo en el país de destino. Los envíos se originan, por tanto, como consecuencia de los lazos familiares, de obligación y afecto entre los inmigrantes y personas que han dejado en su país de origen. Estas remesas que envían los inmigrantes son un factor de desarrollo económico para las economías de los países de origen de la inmigración. De ahí que en los países de destino de las remesas (y de origen de los emigrantes) se deben incentivar oportunidades y dar consejos que motiven el mejor aprovechamiento de esos flujos en actividades productivas, educación e inversión que favorezcan a las familias de origen de los migrantes.
La importancia de las remesas estriba en que se dirige a las capas pobres de los países pobres. Un reciente estudio sobre once países indica que la repercusión de las remesas en términos de reducir la pobreza de la población en su conjunto advierte que el 50% o más de las personas de los hogares receptores se encontrarían bajo la línea de pobreza si no contaran con el aporte de tales transferencias. Las remesas, con frecuencia, benefician a regiones y comunidades donde no llegan las inversiones extranjeras o los programas de ayuda oficial al desarrollo.
Las remesas se diferencian de la ayuda oficial al desarrollo en que son flujos financieros privados, de solidaridad familiar, y responden al derecho de todo ser humano de asistir de modo individual al sustento y bienestar de otras personas. Este derecho debe ser reconocido y salvaguardado, de ahí que los Estados deben abstenerse de promulgar disposiciones legislativas o adoptar medidas administrativas coercitivas, que puedan obrar en detrimento de este derecho. Además los gobiernos deben facilitarse el envío de remesas, reduciendo su coste y garantizando el acceso a los servicios de envío (bancos, cajas, remesadotas, etc.).
En la actualidad los flujos mundiales de remesas casi duplican las cantidades que se pagan en concepto de ayuda al desarrollo y equivalen a más de las tres cuartas partes de la inversión extranjera directa. Sin embargo, las remesas que habían crecido de forma sostenida durante las últimas décadas han empezado a menguar, como consecuencia de la crisis económica, lo que va a provocar un fuerte deterioro en las condiciones de vida en los países pobres. A ello se une la fuerte caída de la demanda de mano de obra barata en los países ricos. ¿Qué ocurre cuando los emigrantes no pueden enviar dinero? ¿Qué sucede cuando los emigrantes tienen dificultades económicas? Una posibilidad es que regresen a sus países, en otos casos se podría generar un flujo inverso, es decir, las familias envían a los emigrantes dinero desde sus países de origen.
Fuente: Bienvenido Then. “Feminización de la migración Internacional:Género, Mercado Laboral y Desarrollo”. Trabajo de Master de Relaciones Internacionales. Universidad CEU-San Pablo
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