WP_Post Object ( [ID] => 3856 [post_author] => 115 [post_date] => 2008-11-28 23:10:17 [post_date_gmt] => 2008-11-28 22:10:17 [post_content] => Hoy hemos conocido la balanza de pagos de España de los 9 primeros meses del año. El déficit de la balanza por cuenta corriente se situó en 81.449,1 millones de euros (en el mismo período de 2007 el déficit fue menor: 77.009,5 millones ). El déficit exterior es el más alto del mundo en términos absolutos después del de Estados Unidos. La ampliación del déficit de la balanza por cuenta corriente se debió principalmente al aumento del déficit de la balanza comercial. El 77% del déficit corriente se origina en los intercambios de bienes también llamadas mercancías. Este déficit por cuenta corriente, en porcentaje del PIB, es del 10%, ya que el PIB en los 9 primeros meses del año fue 814.217 millones de euros. Un déficit exterior español que, como bien es sabido, hay que financiarlo en un contexto de escasez de ahorro interno por lo que nos hemos hecho muy dependientes del crédito externo. De ahí que el sistema financiero español deba apelar constantemente al Banco Central Europeo y recurrir a los mercados interbancarios europeos para financiarse. Por este motivo España sigue aumentando su posición deudora con respecto al resto del mundo. Este déficit significa que los hogares, las empresas y el sector público siguen gastando mucho más de lo que ingresan, algo que sucede desde hace diez años, lo que ha originado una deuda histórica que tiene una complicada devolución, en estos momentos de dificultades de financiación. Para resolver este problema de enedeudamiento y déficit exterior no habrá más remedio que aumentar el ahorro nacional (quizá mejorando la fiscalidad al ahorro), aumentar las exportaciones y reducir el gasto interno, tanto de consumo como de inversión, como ya ha comenzado a ocurrir; lo que puede significar crecimientos más negativos del PIB y aumentos en el paro. De los grandes abusos vienen las grandes restricciones. [post_title] => El déficit exterior se sitúa en el 10% del PIB en los 9 primeros meses del año. [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => post_33 [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2008-11-28 23:10:17 [post_modified_gmt] => 2008-11-28 22:10:17 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2008/11/post_33.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 4 [filter] => raw )
Hoy hemos conocido la balanza de pagos de España de los 9 primeros meses del año. El déficit de la balanza por cuenta corriente se situó en 81.449,1 millones de euros (en el mismo período de 2007 el déficit fue menor: 77.009,5 millones ). El déficit exterior es el más alto del mundo en términos absolutos después del de Estados Unidos. La ampliación del déficit de la balanza por cuenta corriente se debió principalmente al aumento del déficit de la balanza comercial. El 77% del déficit corriente se origina en los intercambios de bienes también llamadas mercancías.
Este déficit por cuenta corriente, en porcentaje del PIB, es del 10%, ya que el PIB en los 9 primeros meses del año fue 814.217 millones de euros.
Un déficit exterior español que, como bien es sabido, hay que financiarlo en un contexto de escasez de ahorro interno por lo que nos hemos hecho muy dependientes del crédito externo. De ahí que el sistema financiero español deba apelar constantemente al Banco Central Europeo y recurrir a los mercados interbancarios europeos para financiarse. Por este motivo España sigue aumentando su posición deudora con respecto al resto del mundo.
Este déficit significa que los hogares, las empresas y el sector público siguen gastando mucho más de lo que ingresan, algo que sucede desde hace diez años, lo que ha originado una deuda histórica que tiene una complicada devolución, en estos momentos de dificultades de financiación. Para resolver este problema de enedeudamiento y déficit exterior no habrá más remedio que aumentar el ahorro nacional (quizá mejorando la fiscalidad al ahorro), aumentar las exportaciones y reducir el gasto interno, tanto de consumo como de inversión, como ya ha comenzado a ocurrir; lo que puede significar crecimientos más negativos del PIB y aumentos en el paro.
De los grandes abusos vienen las grandes restricciones.
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