WP_Post Object ( [ID] => 3840 [post_author] => 115 [post_date] => 2008-11-11 23:03:17 [post_date_gmt] => 2008-11-11 22:03:17 [post_content] => Un amigo, que trabaja en un banco, me envía la siguiente explicación sobre la crisis de liquidez en España: Imaginemos que el único activo de un banco es una hipoteca. Imaginemos que, debido una regulación laxa, dicha hipoteca se había concedido en su día por un montante superior al valor de la casa, a una persona que desgraciadamente ahora está en el desempleo (no se debe olvidar que en España el desempleo está aumentando) y que no paga. Además, por la crisis inmobiliaria, el precio de mercado de la casa baja drásticamente. Como no se trata de una sola hipoteca sino de varias algunos clientes del banco al conocer esta situación de impago, comienzan a retirar sus depósitos y el resto de prestamistas del banco (otros bancos) comienzan a dejar de prestarle dinero. El banco entra en una situación crítica, cercana a la quiebra. Por definición, un banco está siempre a punto de la quiebra, porque su activo, los préstamos que concede, tienen vencimientos a largo plazo, y su pasivo, su deuda (depósitos y otros pasivos bancarios), tiene vencimientos mucho más cortos. Pero como no se puede dejar caer al sistema financiero, el Gobierno crea un fondo de liquidez denominado Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF), para comprar al banco su activo, en este caso, la hipoteca. Pagará papá Estado. El banco entrará de nuevo en liquidez. ¿A que precio compra el Estado? Probablemente a un precio menor del que figura en el activo del banco. ¿Qué hará el banco? Anotará en su cuenta de resultados la pérdida por haber vendido su activo a un valor menor que el de compra, pero todo el mundo sabrá cual ha sido el alcance del problema. Como se ha hecho con transparencia y publicidad habrá menos incertidumbre. Posiblemente la confianza en el banco y en el sistema se restablecerá, los depositantes volverán a dejar dinero en sus cuentas, y el resto de instituciones financieras volverán a prestarle dinero. ¿Qué otras importantes razones existen para que se sepa a que bancos se les va a comprar con dinero público parte de su activo? ¿Qué se consigue con la transparencia? Evitar que el Estado, o institución encargada por este, compre los activos que quiera, al precio que quiera, a aquellas entidades que él quiera, y luego negociar con esos valores adquiridos cuando y cómo quiera sin que se enteren los ciudadanos (léase contribuyentes). Como las entidades bancarias no quieren que se sepa que el Estado les está comprando activos, ya que darían signos de debilidad y quedarían estigmatizadas, han pedido al Gobierno que la compra de activos la haga en secreto. El gobierno ha respondido que informará en el Congreso, con luz y taquígrafos, pero no de inmediato sino después de cuatro meses, de qué bancos y cajas se han beneficiado de esta liquidez. Los bancos y cajas han respondido que para evitar el estigma estudian acudir en bloque y de forma coordinada al FAAF para evitar que cuando se conozca el nombre de las entidades que se han acogido al FAAF su imagen pueda verse deteriorada y provoque la desconfianza de sus depositantes sobre su solvencia. Mientras tanto, el propietario de la casa sigue desempleado y el valor de su casa sigue bajando. La diferencia es que ahora a quien le debe el dinero, dicho propietario, no es al banco, sino al Estado. Me pregunto: ¿Debe haber transparencia y publicidad inmediata sobre el destino del dinero que se dedica a comprar activos de la banca? ¿Queda estigmatizada una entidad bancaria porque el estado compre algunos de sus activos? ¿Deben los ciudadanos saber a que se dedica el dinero de sus impuestos? ¿Debe estar especialmente vigilante la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) y el Tribunal de Cuentas para conocer al detalle el destino del FAAF? A estas dos últimas preguntas mi respuesta es sí. [post_title] => ¿Se deben publicar los nombres de los bancos y cajas de ahorros a los que el Estado les va a comprar activos? [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => debe_publicarse [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2008-11-11 23:03:17 [post_modified_gmt] => 2008-11-11 22:03:17 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2008/11/debe_publicarse.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 16 [filter] => raw )
Un amigo, que trabaja en un banco, me envía la siguiente explicación sobre la crisis de liquidez en España:
Imaginemos que el único activo de un banco es una hipoteca. Imaginemos que, debido una regulación laxa, dicha hipoteca se había concedido en su día por un montante superior al valor de la casa, a una persona que desgraciadamente ahora está en el desempleo (no se debe olvidar que en España el desempleo está aumentando) y que no paga. Además, por la crisis inmobiliaria, el precio de mercado de la casa baja drásticamente.
Como no se trata de una sola hipoteca sino de varias algunos clientes del banco al conocer esta situación de impago, comienzan a retirar sus depósitos y el resto de prestamistas del banco (otros bancos) comienzan a dejar de prestarle dinero. El banco entra en una situación crítica, cercana a la quiebra. Por definición, un banco está siempre a punto de la quiebra, porque su activo, los préstamos que concede, tienen vencimientos a largo plazo, y su pasivo, su deuda (depósitos y otros pasivos bancarios), tiene vencimientos mucho más cortos.
Pero como no se puede dejar caer al sistema financiero, el Gobierno crea un fondo de liquidez denominado Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF), para comprar al banco su activo, en este caso, la hipoteca. Pagará papá Estado. El banco entrará de nuevo en liquidez. ¿A que precio compra el Estado? Probablemente a un precio menor del que figura en el activo del banco. ¿Qué hará el banco? Anotará en su cuenta de resultados la pérdida por haber vendido su activo a un valor menor que el de compra, pero todo el mundo sabrá cual ha sido el alcance del problema. Como se ha hecho con transparencia y publicidad habrá menos incertidumbre. Posiblemente la confianza en el banco y en el sistema se restablecerá, los depositantes volverán a dejar dinero en sus cuentas, y el resto de instituciones financieras volverán a prestarle dinero.
¿Qué otras importantes razones existen para que se sepa a que bancos se les va a comprar con dinero público parte de su activo? ¿Qué se consigue con la transparencia? Evitar que el Estado, o institución encargada por este, compre los activos que quiera, al precio que quiera, a aquellas entidades que él quiera, y luego negociar con esos valores adquiridos cuando y cómo quiera sin que se enteren los ciudadanos (léase contribuyentes).
Como las entidades bancarias no quieren que se sepa que el Estado les está comprando activos, ya que darían signos de debilidad y quedarían estigmatizadas, han pedido al Gobierno que la compra de activos la haga en secreto. El gobierno ha respondido que informará en el Congreso, con luz y taquígrafos, pero no de inmediato sino después de cuatro meses, de qué bancos y cajas se han beneficiado de esta liquidez. Los bancos y cajas han respondido que para evitar el estigma estudian acudir en bloque y de forma coordinada al FAAF para evitar que cuando se conozca el nombre de las entidades que se han acogido al FAAF su imagen pueda verse deteriorada y provoque la desconfianza de sus depositantes sobre su solvencia.
Mientras tanto, el propietario de la casa sigue desempleado y el valor de su casa sigue bajando. La diferencia es que ahora a quien le debe el dinero, dicho propietario, no es al banco, sino al Estado.
Me pregunto: ¿Debe haber transparencia y publicidad inmediata sobre el destino del dinero que se dedica a comprar activos de la banca? ¿Queda estigmatizada una entidad bancaria porque el estado compre algunos de sus activos?
¿Deben los ciudadanos saber a que se dedica el dinero de sus impuestos? ¿Debe estar especialmente vigilante la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) y el Tribunal de Cuentas para conocer al detalle el destino del FAAF? A estas dos últimas preguntas mi respuesta es sí.
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