Esta mañana el Instituto Nacional de Estadística de España (INE) ha publicado los datos correspondientes al tercer trimestre de la Encuesta de Población Activa (EPA), información de sumo interés para conocer si la tendencia de degradación del mercado de trabajo observada en los registros de paro registrado y de afiliación a la Seguridad Social también es captada por esta fuente.
Los resultados son malos en general. En los meses de verano, según la EPA, se ha producido una destrucción de 78.800 empleos, lo que eleva la destrucción de empleo en términos interanuales hasta un total de 164.300 puestos de trabajo. El último trimestre de 2007 y el primero de 2008 también reflejaron destrucciones de empleo en términos intertrimestrales, mientras que en el segundo trimestre de este año, sin embargo, se produjo un leve crecimiento en dicha variable. Volvemos ahora a la senda de destrucción de empleo iniciada el pasado año pero ahora ya con la gravedad de que dicha destrucción se ve «consolidada», al arrojar un saldo interanual de destrucción de más de 164 mil empleos, un 0,8% del empleo total recogido por esta encuesta. Fijense, por cierto, que dicho porcentaje de destrucción de empleo es ya bastante superior al previsto por el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado para 2009, que está cifrado en un 0,5%.
Un hecho curioso a tener en cuenta es que en estos trimestres de crisis económica se está ampliando la brecha entre los datos de empleo proporcionados por la EPA y los de afiliación a la Seguridad Social del Ministerio de Trabajo, puesto que en tercer trimestre del año la pérdida de afiliaciones ha sido más intensa que la caída del empleo medida por la EPA. Será necesario un análisis cuidadoso de esta evolución diferencial, pero en la medida en que la diferencia entre dichas magnitudes refleja en gran medida el empleo sumergido la primera conclusión, provisional, es que la crisis está provocando en un contexto general de destrucción de empleo, un aumento de peso de la economía sumergida.
En cuanto a la evolución del desempleo en los datos que hoy hemos conocido se constata la tendencia de fuerte incremento de dicha variable, que crece en 217.200 personas en el trimestre, lo que eleva la cifra de trabajadores desempleados hasta 2,6 millones y sitúa la tasa de paro en el 11,3%. Recuerden que la previsión del Gobierno era cerrar el presente año con el 10,5% y que a finales de 2009 se llegase al 12,5%. A la vista de estos datos es seguro que esta última tasa será la que tengamos, prácticamente, el próximo trimestre y con la que cerraremos 2008.
Hace sólo un año la tasa de paro en España era el 8,0%, por lo que en esta variable sí constatamos una degradación de la situación laboral muy intensa. La tasa ha aumentado 3,3 puntos en cuatro trimestres, lo que se traduce en un aumento interanual del desempleo de 806.900 personas, bastante peor que la fotografía que ofrecen los registros de paro del INEM. Por otra parte, una de las cifras más desasosegantes que publica hoy el INE es el número de hogares en los que todos sus miembros activos están en paro, que se eleva hasta los 638.100 hogares, tras experimentar un aumento de 258.000 hogares en el último año.
Otros datos relevantes son los relacionados con la población extranjera. La intensidad de la crisis económica del último año no ha impedido que aumente de manera muy importante el número de extranjeros que se incorporaron a nuestro mercado de trabajo, ya que la cifra de extranjeros activos ha aumentado en los últimos cuatro trimestres en 344.600 personas. Sin embargo, la mayor parte de esa cifra la observamos aumentando las estadísticas de desempleo: sólo se ha producido un aumento de 101.500 ocupados extranjeros en el último año, mientras que se ha producido un crecimiento de 243.100 extranjeros desempleados en el mismo período, lo que ha provocado una elevación de su tasa de paro hasta el 17,5%, lo que supone 5,7 puntos más que hace un año.
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