El Instituto Nacional de Estadística ha publicado hoy el dato de paro obtenido a través de la Encuesta de Población Activa (EPA). Los datos no son buenos. El número de parados aumenta en 207.400 personas respecto al trimestre anterior y se sitúa en 2.381.500. La tasa de desempleo sube 81 centésimas, hasta el 10,44%. La cifra de desempleados se ha incrementado en 621.600 personas en los últimos 12 meses.
¿Qué más se puede deducir de los datos de la EPA?
1) Que el paro aumentó en el segundo trimestre de este año por cuarto trimestre consecutivo.
Tasa de paro
2º trimestre 2007=7,95
3º trimestre 2007=8,03
4º trimestre 2007=8,60
1º trimestre 2008=9,63
2º trimestre 2008=10,44
Hay que remontarse al año 1993 para encontrar un segundo trimestre en que aumente la tasa de paro con respecto al primer trimestre de ese mismo año. Además el paro se extiende por toda la economía. La EPA indica que el paro aumentó en todos los sectores, sobre todo en construcción, con un aumento del 29% mientras que en industria (10%), agricultura (6%) y servicios (5%) los crecimientos del paro son más moderados.
2) Además la EPA del 2º trimestre que se ha publicado hoy muestra que la economía española ha creado empleo después de 2 trimestres (último del año pasado y primero de este año) en que se había destruido empleo.
Número de ocupados
2º trimestre 2007=20.367,3
3º trimestre 2007=20.510,6
4º trimestre 2007=20.476,9
1º trimestre 2008=20.402,3
2º trimestre 2008=20.425,1
3) Que desde hace muchos meses existe un número importante de gente que no tiene trabajo. La EPA nos habla estadísticas de un 10,44% de la población activa (2.381.500 personas). Es una cantidad muy importante para que no descubramos en los parados un importante factor de desintegración social y un recurso económico desperdiciado.
¿Qué política económica debe aplicar el gobierno para que se reduzca el paro?
¿Debe el gobierno aumentar la demanda agregada, es decir, la demanda de bienes y servicios? Para aumentar la demanda de trabajo, es imprescindible utilizar conjuntamente trabajo y capital. Por ejemplo, si aumenta la demanda de viajes en avión hará falta más azafatas, pilotos y personal de tierra; pero serán también necesarios, más aviones, y más pistas de aterrizaje, si los existentes están ya a plena utilización. Si crece la demanda de viajes en avión y no aumenta al mismo tiempo la oferta de plazas, los precios de los viajes aéreos subirán (inflación), con lo cual habrá gente que renunciará a viajar o lo hará en compañías aéreas extranjeras (importaciones). Los aviones y aeropuertos forman parte del capital de un país al igual que sus máquinas y los bienes de equipo. Sin capital en la cuantía necesaria, la economía difícilmente puede funcionar.
Sabemos por los datos publicados hoy que, excepto para algunos tipos de trabajo altamente cualificados, existe en España una mano de obra abundante, buena parte de ella inmigrante, que mañana mismo podría y querría trabajar. Pero ¿nos sobra también capital? ¿Tenemos el número suficiente de empresas, máquinas, instalaciones productivas e infraestructuras que puedan satisfacer un aumento de la demanda que permitiera ocupar a un mayor número de trabajadores?
Si no tenemos capital el impulso expansivo de la demanda topará con verdaderos cuellos de botella a corto plazo, que canalizarán toda la fuerza de la nueva demanda hacia aumentos de precios o incrementos de las importaciones, sin que, por ello, la economía se vea incentivada a crear un mayor número de puestos de trabajo.
De ahí que una política económica tiene que estar diseñada para estimular la oferta, es decir, la creación de empresas y hacer más eficientes y baratos los puertos, aeropuertos, ferrocarriles y la infraestructura de telecomunicaciones y aumentar así la eficacia del capital instalado. El aumento del gasto público corriente solo contribuirá a aumentar los precios. ¿Se entiende ahora porque nuestro paro crece y porque nuestra inflación y nuestro déficit comercial están en máximos históricos?
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