Entre ayer y hoy la prensa nacional y los informativos de TV nos han dejado algunas noticias de carácter económico que nos plantean algunas paradojas o, al menos, reflejan algún tipo de contradicción interna.
Por ejemplo, ayer se publicaba en Expansión que el nuevo ministro de trabajo e inmigración quiere endurecer las sanciones contra la contratación de ilegales. Bueno, eso suena bien, ¿no? Es ilegal contratar a trabajadores ilegales, por lo que para evitar esa práctica habrá que penalizar aún más a quien lo haga. Muy bien, nada que objetar. Pero el problema es que resulta que ahora mismo tenemos en España más de 900.000 trabajadores inmigrantes trabajando en situación irregular. Es decir, que la propuesta del ministro es tratar de torpedear el que ese casi millón de personas pueda trabajar (irregularmente). Hasta aquí lo dicho puede gustar más o menos, pero lo clave está en qué se propone para solucionar una situación hipotética en la que nos podríamos ver si todas esas personas no pudiesen trabajar. A mí sólo se me ocurren dos opciones: otra regularización masiva (algo políticamente difícil de asumir de cara a sus electores precisamente ahora, en un momento de crisis económica) o la expulsión (algo logísticamente imposible).
Precisamente, y ya que hablamos de crisis económica, aquí tenemos otra paradoja. Leemos también en la prensa que hoy se discute en el seno de CEOE un informe sobre la situación económica española actual y las expectativas para el resto del año. La previsión de crecimiento es del 1,5% para 2008, bastante lejos de la rebaja que hizo Solbes, hasta el 2,3% y con crecimientos intertrimestrales negativos del PIB probablemente ya en el segundo trimestre (algo que no pasaba desde hace más de 12 años). Con un crecimiento del 1,5% tenemos garantizada en España la destrucción de empleo en el conjunto del año y, además, el informe prevé un aumento del paro en 2008 hasta superar los 3 millones de desempleados, unos niveles realmente alarmantes. Además, ahora mismo tenemos el dudoso honor de ser uno de los cuatro únicos países de la UE donde el paro está creciendo, y dentro de este “selecto” club somos el que ostenta el record. ¿Lo estamos haciendo bien en materia económica? Pues mi humilde opinión es que no. ¿Dónde está la contradicción? Pues a que desde dentro de la CEOE, precisamente su líder, Díaz Ferrán, alababa hace muy pocos días la labor del ministro Solbes. Con esos informes resulta sorprendente.
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