La información que se ha ido publicando en estos primeros meses del año en países como EEUU o España refleja una intensificación del ajuste de la actividad. Lo anterior está obligando a revisar a la baja las previsiones de crecimiento, de manera que prácticamente todos los analistas ya tenemos como escenarios centrales de previsión, los que hace sólo tres meses eran escenarios alternativos pesimistas. Pero lo importante y, lo difícil, es tratar de anticipar cuánto durará la fase bajista en el ciclo de actividad. En este sentido, vamos a pasar sin solución de continuidad de la sopa de letras de las estructuras de activos (CDO’s, CLO’s, etc), a la que intenta caracterizar gráficamente lo que le espera al ciclo en los próximos meses: recuperación en V, U, W, L, etc. Desechando la versiones más extremas (V y L) lo más lógico es pensar que la debilidad se mantendrá al menos durante 2008 y 2009 (aunque en la W podría haber una recuperación temporal en el 3T por el cheque a las familias de países como España o EEUU). Por tanto, la conclusión es que la debilidad se va a extender al menos hasta bien entrado 2010.
Así son las crisis, llegan por sorpresa, cuando queremos darnos cuenta el castigo ya se ha producido y la posibilidad de éxito de la política económica expansiva suele ser más un deseo que una realidad. En este sentido, son los estabilizadores automáticos los que mejor pueden ejercer el papel de colchón en el momento de la caída, debiendo concentrarse el esfuerzo de las políticas públicas en mejorar las dotaciones del país en conocimiento, stock de capital y tecnología para el momento en el que el ciclo vuelva a despegar. A lo mejor el concepto de “destrucción creativa” no está de moda, pero sanear los excesos en los que se incurrió en los momentos de euforia es una de las condiciones necesarias para que el próximo ciclo expansivo sea tan exitoso como el último. Por tanto, no convendría malgastar el margen de la política fiscal en medidas cortoplacistas de muy dudosa eficacia. Algo así se hizo en EEUU en el 2001 y la recuperación fue artificial, basada en endeudamiento y en revalorizaciones artificiales de los activos, lo que seguramente habrá que pagar con intereses a partir de ahora.
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