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Por ejemplo, es ahora cuando se ponen de manifiesto algunas deficiencias ya conocidas que tienen los datos de Contabilidad Nacional. La primera es su retraso en la publicación, derivado de la complejidad que implica valorar la producción de bienes y servicios de una economía tan grande como la española. Sólo siete semanas después del cierre del año conocimos que la economía española había crecido entre octubre y diciembre un 3,5% en tasa interanual (3,8% en el tercer trimestre). Es más, si somos rigurosos y centramos esa tasa interanual, ese crecimiento realmente reflejaría la coyuntura del pasado verano. Este sería el segundo problema, la propia elaboración de la estadística, más encaminada a confeccionar un perfil suavizado de tasas interanuales que refleje las tendencias de la economía, que a proporcionar unas tasas trimestrales sólidas que proporcionen una fotografía fiel de la coyuntura más inmediata (y faciliten el análisis). Por último, las primeras estimaciones de PIB se calculan con información incompleta y, por tanto, están sujetas a frecuentes revisiones. En definitiva, en momentos como los actuales, utilicemos los datos de Contabilidad Nacional para profundizar en las tendencias de la economía española y los indicadores mensuales de producción (IPI),  empleo (afiliación y paro registrado) o consumo (ventas minoristas) para medir el pulso económico de forma inmediata.

De ahí vendría la discrepancia en el diagnóstico de la situación entre gobierno y oposición en los últimos tiempos. Los que prefieren ver el vaso medio lleno se aferran a las tendencias que suavizan los datos, los que barruntan un empeoramiento claro de la actividad utilizan la información más reciente. En el fondo, todos somos conscientes de que algo está cambiando de manera muy rápida y de que el ajuste no va a depender de factores internos. Porque la situación actual en el sistema financiero internacional continúa siendo muy complicada y mientras no se abran los mercados de crédito, no veremos la luz al final del túnel. Otro día escribiré sobre eso.

Por cierto, seré un bicho raro, pero me gustó el debate. Se demostró que se puede hablar de Economía de una manera seria y sin utilizar en exceso la demagogia. ¿Se abusó de los datos y estadísticas? La verdad es que no encuentro otra manera de juzgar los resultados de la política económica o de valorar los problemas de una economía. Y también creo que existe bastante coincidencia sobre las políticas económicas de corto y medio plazo. Soy muy escéptico sobre la capacidad de la política fiscal para detener un ajuste como el que se nos viene encima, mezcla de factores endógenos y exógenos. Los excesos de todo tipo se terminan pagando y la “destrucción creativa” es una de las pocas ideas económicas en las que creo a pie juntillas. Para compensar ya están los estabilizadores automáticos, pero entiendo que se utilice un granero lleno para bajar los impuestos y mejorar las políticas sociales. Lo importante es el medio plazo y ahí todavía más importante que la I+D+i es la educación. Ese es el verdadero debate, cómo mejorar la formación en este país desde la escuela primaria hasta la universidad.


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22
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Un soplo de tranquilidad en medio del ruido

Escrito el 22 febrero 2008 por José Ramón Diez Guijarro en Economía española

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Por ejemplo, es ahora cuando se ponen de manifiesto algunas deficiencias ya conocidas que tienen los datos de Contabilidad Nacional. La primera es su retraso en la publicación, derivado de la complejidad que implica valorar la producción de bienes y servicios de una economía tan grande como la española. Sólo siete semanas después del cierre del año conocimos que la economía española había crecido entre octubre y diciembre un 3,5% en tasa interanual (3,8% en el tercer trimestre). Es más, si somos rigurosos y centramos esa tasa interanual, ese crecimiento realmente reflejaría la coyuntura del pasado verano. Este sería el segundo problema, la propia elaboración de la estadística, más encaminada a confeccionar un perfil suavizado de tasas interanuales que refleje las tendencias de la economía, que a proporcionar unas tasas trimestrales sólidas que proporcionen una fotografía fiel de la coyuntura más inmediata (y faciliten el análisis). Por último, las primeras estimaciones de PIB se calculan con información incompleta y, por tanto, están sujetas a frecuentes revisiones. En definitiva, en momentos como los actuales, utilicemos los datos de Contabilidad Nacional para profundizar en las tendencias de la economía española y los indicadores mensuales de producción (IPI),  empleo (afiliación y paro registrado) o consumo (ventas minoristas) para medir el pulso económico de forma inmediata.

De ahí vendría la discrepancia en el diagnóstico de la situación entre gobierno y oposición en los últimos tiempos. Los que prefieren ver el vaso medio lleno se aferran a las tendencias que suavizan los datos, los que barruntan un empeoramiento claro de la actividad utilizan la información más reciente. En el fondo, todos somos conscientes de que algo está cambiando de manera muy rápida y de que el ajuste no va a depender de factores internos. Porque la situación actual en el sistema financiero internacional continúa siendo muy complicada y mientras no se abran los mercados de crédito, no veremos la luz al final del túnel. Otro día escribiré sobre eso.

Por cierto, seré un bicho raro, pero me gustó el debate. Se demostró que se puede hablar de Economía de una manera seria y sin utilizar en exceso la demagogia. ¿Se abusó de los datos y estadísticas? La verdad es que no encuentro otra manera de juzgar los resultados de la política económica o de valorar los problemas de una economía. Y también creo que existe bastante coincidencia sobre las políticas económicas de corto y medio plazo. Soy muy escéptico sobre la capacidad de la política fiscal para detener un ajuste como el que se nos viene encima, mezcla de factores endógenos y exógenos. Los excesos de todo tipo se terminan pagando y la “destrucción creativa” es una de las pocas ideas económicas en las que creo a pie juntillas. Para compensar ya están los estabilizadores automáticos, pero entiendo que se utilice un granero lleno para bajar los impuestos y mejorar las políticas sociales. Lo importante es el medio plazo y ahí todavía más importante que la I+D+i es la educación. Ese es el verdadero debate, cómo mejorar la formación en este país desde la escuela primaria hasta la universidad.


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Por ejemplo, es ahora cuando se ponen de manifiesto algunas deficiencias ya conocidas que tienen los datos de Contabilidad Nacional. La primera es su retraso en la publicación, derivado de la complejidad que implica valorar la producción de bienes y servicios de una economía tan grande como la española. Sólo siete semanas después del cierre del año conocimos que la economía española había crecido entre octubre y diciembre un 3,5% en tasa interanual (3,8% en el tercer trimestre). Es más, si somos rigurosos y centramos esa tasa interanual, ese crecimiento realmente reflejaría la coyuntura del pasado verano. Este sería el segundo problema, la propia elaboración de la estadística, más encaminada a confeccionar un perfil suavizado de tasas interanuales que refleje las tendencias de la economía, que a proporcionar unas tasas trimestrales sólidas que proporcionen una fotografía fiel de la coyuntura más inmediata (y faciliten el análisis). Por último, las primeras estimaciones de PIB se calculan con información incompleta y, por tanto, están sujetas a frecuentes revisiones. En definitiva, en momentos como los actuales, utilicemos los datos de Contabilidad Nacional para profundizar en las tendencias de la economía española y los indicadores mensuales de producción (IPI), empleo (afiliación y paro registrado) o consumo (ventas minoristas) para medir el pulso económico de forma inmediata.

De ahí vendría la discrepancia en el diagnóstico de la situación entre gobierno y oposición en los últimos tiempos. Los que prefieren ver el vaso medio lleno se aferran a las tendencias que suavizan los datos, los que barruntan un empeoramiento claro de la actividad utilizan la información más reciente. En el fondo, todos somos conscientes de que algo está cambiando de manera muy rápida y de que el ajuste no va a depender de factores internos. Porque la situación actual en el sistema financiero internacional continúa siendo muy complicada y mientras no se abran los mercados de crédito, no veremos la luz al final del túnel. Otro día escribiré sobre eso.

Por cierto, seré un bicho raro, pero me gustó el debate. Se demostró que se puede hablar de Economía de una manera seria y sin utilizar en exceso la demagogia. ¿Se abusó de los datos y estadísticas? La verdad es que no encuentro otra manera de juzgar los resultados de la política económica o de valorar los problemas de una economía. Y también creo que existe bastante coincidencia sobre las políticas económicas de corto y medio plazo. Soy muy escéptico sobre la capacidad de la política fiscal para detener un ajuste como el que se nos viene encima, mezcla de factores endógenos y exógenos. Los excesos de todo tipo se terminan pagando y la “destrucción creativa” es una de las pocas ideas económicas en las que creo a pie juntillas. Para compensar ya están los estabilizadores automáticos, pero entiendo que se utilice un granero lleno para bajar los impuestos y mejorar las políticas sociales. Lo importante es el medio plazo y ahí todavía más importante que la I+D+i es la educación. Ese es el verdadero debate, cómo mejorar la formación en este país desde la escuela primaria hasta la universidad.

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