WP_Post Object ( [ID] => 4049 [post_author] => 115 [post_date] => 2008-02-26 15:59:50 [post_date_gmt] => 2008-02-26 14:59:50 [post_content] => Algunos economistas sostienen que la crisis económica española va a ser larga y prolongada, otros piensan que será corta y que no va a afectar severamente al crecimiento y al empleo. Por último, como siempre en estas situaciones, están aquellos que creen que en el punto medio está la virtud ¿Qué grupo tiene razón? Nadie lo sabe. Los optimistas a medida que vayamos entrando en una fase de mayor desaceleración de la actividad económica, nos van a decir que la economía española registrará en el próximo semestre un ritmo de crecimiento superior al del presente. Está comprobado que cuándo entras en una crisis económica todos los informes de los organismos internacionales siempre dicen que el siguiente semestre será mejor. Es el llamado síndrome “el próximo semestre será mejor” que se podría definir como aquella previsión económica optimista que supone que el siguiente semestre se comportará mejor que el anterior. Todavía son muy pocos pero ya se empieza a escuchar ese estribillo: “estamos en una suave desaceleración que muy probablemente tendrá su punto de inflexión dentro de seis meses para iniciar, en los últimos meses de 2008 una paulatina recuperación”. A partir de junio, cuando se conozcan ya los malos datos del primer trimestre de este año, aumentará el número de optimistas que nos dirán algo así como “en el segundo semestre de este año las tendencias bajistas se invertirán”. Y cuando llegue el otoño, y se vayan a aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2009 otra vez la misma cantinela: “El primer semestre de 2009 será mejor que el último de 2008”. Un segundo grupo de economistas piensa que el futuro económico español es bastante incierto y el horizonte está más que nublado. Y que desde hace tiempo había razones para preocuparse. Este grupo, denominado agorero, lúgubre y pesimista, cree que España se enfrenta a una desgraciada combinación de una fuerte desaceleración de la actividad económica con aumento fuerte del paro y una inflación persistente que está reanimando los temores a una crisis larga cuyo final podría encontrarse, como muy pronto, en el 2010. Afirman que el actual modelo económico está agotado y no parece que por ahora haya recambio. Mientras tanto los datos que vienen apareciendo sobre la economía española no son nada buenos; persisten además las revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento de la Comisión Europea, FMI, OCDE y del consenso de los economistas. Hay, sin embargo, entre los economistas, un tercer grupo que piensa “que ni tanto ni tan calvo”, que el desempleo va a aumentar pero no de forma alarmante y que además si el desempleo aumenta, ayudará a contener los aumentos de costes y precios, mejorando asía la competitividad de la economía. Para este grupo, la reciente subida de la inflación en España se debe a factores temporales y que parece probable que un enfriamiento económico mayor reduzca la inflación. Para estos economistas que creen que “en el punto medio está la virtud” el objetivo principal, en estos momentos, tendría que ser reforzar los mercados financieros y asegurar que las condiciones de crédito no tengan un impacto negativo sobre la economía real. Vislumbran la salida de la crisis en el segundo semestre de 2009. No parece que la economía se vaya a enderezar en el segundo semestre, de este año 2008, ni en EEUU, ni en Europa, ni en España. Como decía Valentín el 6 de febrero en este blog de economía esto no ha hecho más que empezar...y parece que va para largo. Ojala nos equivoquemos. Mucho respeto y admiración para los optimistas, pero ellos también tienen que entender que, la diversidad enriquece y permite el avance del conocimiento y que en cambio la homogeneidad de las ideas, conduce al estancamiento. Como dice Roque San Severino, si el discrepante es valiente, el discrepado tiene la obligación de ser tolerante, en la convicción de que, con ello, contribuye a obtener un diagnostico mejor de la realidad económica. Probablemente, lo que más necesita la economía espñaola, en estos momentos, es un diagnóstico certero. [post_title] => El segundo semestre será mejor. [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => el_proximo_seme [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2008-02-26 15:59:50 [post_modified_gmt] => 2008-02-26 14:59:50 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2008/02/el_proximo_seme.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 9 [filter] => raw )
Algunos economistas sostienen que la crisis económica española va a ser larga y prolongada, otros piensan que será corta y que no va a afectar severamente al crecimiento y al empleo. Por último, como siempre en estas situaciones, están aquellos que creen que en el punto medio está la virtud ¿Qué grupo tiene razón? Nadie lo sabe.
Los optimistas a medida que vayamos entrando en una fase de mayor desaceleración de la actividad económica, nos van a decir que la economía española registrará en el próximo semestre un ritmo de crecimiento superior al del presente. Está comprobado que cuándo entras en una crisis económica todos los informes de los organismos internacionales siempre dicen que el siguiente semestre será mejor. Es el llamado síndrome “el próximo semestre será mejor” que se podría definir como aquella previsión económica optimista que supone que el siguiente semestre se comportará mejor que el anterior. Todavía son muy pocos pero ya se empieza a escuchar ese estribillo: “estamos en una suave desaceleración que muy probablemente tendrá su punto de inflexión dentro de seis meses para iniciar, en los últimos meses de 2008 una paulatina recuperación”. A partir de junio, cuando se conozcan ya los malos datos del primer trimestre de este año, aumentará el número de optimistas que nos dirán algo así como “en el segundo semestre de este año las tendencias bajistas se invertirán”. Y cuando llegue el otoño, y se vayan a aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2009 otra vez la misma cantinela: “El primer semestre de 2009 será mejor que el último de 2008”.
Un segundo grupo de economistas piensa que el futuro económico español es bastante incierto y el horizonte está más que nublado. Y que desde hace tiempo había razones para preocuparse. Este grupo, denominado agorero, lúgubre y pesimista, cree que España se enfrenta a una desgraciada combinación de una fuerte desaceleración de la actividad económica con aumento fuerte del paro y una inflación persistente que está reanimando los temores a una crisis larga cuyo final podría encontrarse, como muy pronto, en el 2010. Afirman que el actual modelo económico está agotado y no parece que por ahora haya recambio. Mientras tanto los datos que vienen apareciendo sobre la economía española no son nada buenos; persisten además las revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento de la Comisión Europea, FMI, OCDE y del consenso de los economistas.
Hay, sin embargo, entre los economistas, un tercer grupo que piensa “que ni tanto ni tan calvo”, que el desempleo va a aumentar pero no de forma alarmante y que además si el desempleo aumenta, ayudará a contener los aumentos de costes y precios, mejorando asía la competitividad de la economía. Para este grupo, la reciente subida de la inflación en España se debe a factores temporales y que parece probable que un enfriamiento económico mayor reduzca la inflación. Para estos economistas que creen que “en el punto medio está la virtud” el objetivo principal, en estos momentos, tendría que ser reforzar los mercados financieros y asegurar que las condiciones de crédito no tengan un impacto negativo sobre la economía real. Vislumbran la salida de la crisis en el segundo semestre de 2009.
No parece que la economía se vaya a enderezar en el segundo semestre, de este año 2008, ni en EEUU, ni en Europa, ni en España. Como decía Valentín el 6 de febrero en este blog de economía esto no ha hecho más que empezar…y parece que va para largo. Ojala nos equivoquemos. Mucho respeto y admiración para los optimistas, pero ellos también tienen que entender que, la diversidad enriquece y permite el avance del conocimiento y que en cambio la homogeneidad de las ideas, conduce al estancamiento. Como dice Roque San Severino, si el discrepante es valiente, el discrepado tiene la obligación de ser tolerante, en la convicción de que, con ello, contribuye a obtener un diagnostico mejor de la realidad económica. Probablemente, lo que más necesita la economía espñaola, en estos momentos, es un diagnóstico certero.
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