La semana pasada empezamos un nuevo año y en el ámbito del empleo lo hicimos conociendo los datos de paro y afiliación del mes de diciembre. Los grandes titulares ya son conocidos por todos los lectores, puesto que los vimos reflejados en toda la prensa: el 2007 se cerró con 106.000 desempleados más en España y la creación de empleo, medida a través del incremento en el número de afiliados a la Seguridad Social se desaceleró, hasta una cifra de 425.496 nuevos afiliados.
Un dato que, sin embargo, pasó más desapercibido me parece muy curioso, ya que encierra una posible paradoja. O al menos, un comportamiento que a simple vista es difícil de cuadrar con la realidad cotidiana. Me estoy refiriendo a la importante reducción en el número de trabajadores afiliados al régimen de empleados de hogar.
La percepción que tengo, y que está basada en multitud de conversaciones con amigos, compañeros y en mi propia experiencia es que en el mercado de empleados de hogar existe ahora mismo un gran exceso de demanda. Aunque la muestra sobre la que baso mi criterio no es lo suficientemente amplia como para tener representatividad estadística, recuerdo haber tenido la misma conversación con frecuencia: una en la que alguien se queja de lo difícil que es encontrar y retener a los empleados de hogar, puesto que en cuanto alguien encuentra a una persona con la que está satisfecho empieza a sufrir el acoso de otros vecinos, que lanzan verdaderas OPAS “hostiles” y le ofrecen al empleado más dinero para hacerse con sus servicios. En definitiva, parece que la demanda de estos trabajadores supera la oferta y hay muy buenas oportunidades de mercado para ellos. ¿Por qué está produciéndose una reducción tan acelerada en su número, de acuerdo con las cifras oficiales? ¿Cómo explicar esta aparente paradoja?
La impresión que tengo es que la paradoja se explica porque las cifras de afiliación al régimen de empleados de hogar se inflaron artificialmente a partir de la segunda mitad de 2004 y ahora estamos viviendo un ajuste a niveles más ajustados a la realidad. El año 2004 se cerró con una afiliación media de 181.000 personas en el régimen de empleados de hogar. Una cifra muy similar a la de los dos años anteriores. Pero el año 2005 la afiliación en este régimen creció hasta las 284.700 personas, un crecimiento del 57,3 por 100, y en 2006 se registró un aumento adicional del 17,9 por 100, hasta un total de 335.600.
Detrás de estos fuertes incrementos está el hecho de que este ha sido un régimen “refugio” utilizado por muchos trabajadores inmigrantes para cumplir con los requisitos de la regularización masiva realizada en 2005 por el Gobierno. Tras el anuncio de regularización por parte del Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en 2004 el número de afiliados a este régimen se disparó en toda España. Para regularizarse era necesario un contrato, y el régimen de empleados de hogar resultaba muy “socorrido” para cumplir con este requisito (y fue utilizado, de hecho, por muchos trabajadores que no tenían nada que ver con los empleados de hogar, pero que utilizaron este fácil mecanismo para regularizar su situación en España).
Afloraron muchas relaciones laborales irregulares, pero esto fue solo un proceso temporal: la contratación irregular debe estar creciendo nuevamente en este sector, ya que la demanda se intensifica, pero se reduce notablemente el número de afiliados. Así, en 2007 la afiliación al régimen de empleados de hogar ha caído un 18,7% y actualmente está en el entorno de los 270.000 trabajadores, bastante menos que a principios de 2006, lo que no parece corresponder con la elevada demanda de este tipo de trabajadores. Probablemente esos mismos trabajadores seguirán en el mismo sector, pero se habrá vuelto a una situación de contratación irregular. Y, desde luego, la reforma de las prestaciones sociales en este régimen, que eleva el coste de las cotizaciones para el empleador, no ayudará a que el empleo legal en este sector frene su caída. En 2008 seguiremos viendo, previsiblemente, una caída en el número de empleados de hogar afiliados a la Seguridad Social.
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