Según ha hecho público hoy el INE, en el mes de noviembre de 2007 en España, la tasa de producción industrial se situó en sus cotas más bajas desde febrero del año 2005. Se trata de un descenso del 0,6% en tasa interanual. Muy por debajo del incremento del 4,7% contabilizado en octubre. Desgraciadamente esta caída en la producción industrial se ha debido fundamentalmente a los sectores que generan más empleo. Es decir, se han producido descensos del 2% en la producción de bienes de consumo no duradero y del 5,2% en la producción de los bienes de consumo duradero. La consecuencia es que el paro en el sector industrial tiende a aumentar. Además del aumento del paro el dato publicado hoy puede estar indicando también un proceso de desindustrialización de la economía española generado por una pérdida de competitividad de nuestros productos que está contribuyendo además a aumentar de nuestro déficit exterior.
Desde hace años la industria española pierde peso en el conjunto de la economía española. La razón puede ser que la industria en España tiene una especialización productiva en sectores tradicionales (como el del automóvil, agroalimentario, metalúrgico o químico) en detrimento de sectores más recientes como son aquellos que gozan de una mayor dotación tecnológica. Lo que también puede estar explicando que la productividad (y el crecimiento de la misma) en España sea más baja que en la UE o EEUU.
Otra explicación es que España lleva años deslocalizando empresas, también industriales. Los empleos de los sectores españoles más expuestos a la competencia internacional, como son los industriales, están siendo transferidos a países con menores costes de mano de obra. Las empresas industriales españolas y las extranjeras que están o estaban en España están invirtiendo de forma masiva en economías emergentes como China y el este de Europa con el objetivo de poseer centros de producción cercanos a los mercados con un mayor potencial de crecimiento a la vez que se benefician de unos menores costes de mano de obra. Además, empresas industriales extranjeras que antes invertían en España deciden ahora invertir en otros países.
Pero junto a las deslocalizaciones, el posible aumento del paro en la industria española hay que encontrarlo también en las reestructuraciones de nuestras empresas industriales, fusiones, adquisiciones, quiebras y externalizaciones que también pueden provocar pérdidas netas de empleo. Esta posible destrucción de empleo o menor creación de empleo en la industria española debería ser compensada con una suficiente creación de nuevas empresas, nueva inversión y aumento de capacidades de producción en territorio español que genere nuevo empleo. Si esto no se produce el paro seguirá aumentando y puede pasarle factura al gobierno en las próximas elecciones.
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