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    [post_content] => El empeoramiento de la combinación de crecimiento e inflación (desaceleración económica y subida de precios), junto a las elevadas tensiones que siguen existiendo en los mercados monetarios y crediticios van a complicar la vida a los bancos centrales en los próximos meses. Aunque el principal objetivo de las autoridades monetarias es la contención de precios, nadie es tan ingenuo como para pensar que el crecimiento no pondera casi tanto como la inflación en sus decisiones (especialmente en EEUU). Pero además, los bancos centrales deben asegurar un correcto funcionamiento de los mercados monetarios, condición necesaria para que sus decisiones terminen transmitiéndose a la economía real. De esos tres objetivos, dos indicarían la necesidad de bajar los tipos de interés (crecimiento y funcionamiento de los mercados de financiación), mientras la evolución de la inflación apoyaría subida de tipos.


En esa encrucijada de los bancos centrales, la actuación de cada uno de ellos dependerá de los grados de libertad que tengan y de su filosofía de política monetaria, es decir, de la eterna lucha entre el pragmatismo y la ortodoxia. En esta situación, tanto la FED como el Banco de Inglaterra han dejado claro que teniendo en cuenta los elevados niveles de tipos de interés en los que terminaron el último mocimiento alcista y la gravedad de la situación económica y financiera, prefieren hacer la vista gorda a subidas puntuales de inflación. Es decir, la FED seguirá bajando tipos hasta la zona del 3,5%-4%, mientras el BoE ya ha anticipado al menos 50 p.b. de bajada.

La duda es lo que puede hacer el BCE, especialmente después de los datos de esta mañana.La principal preocupación sigue siendo la inflación, que alcanzó el 3,0% en noviembre –la tasa más alta desde mayo-01–, debido al encarecimiento de la energía y los alimentos. Por su parte, el agregado M3 marcó un nuevo máximo en octubre (12,3% vs 11,3% anterior), debido a la preferencia por la liquidez –depósitos a corto plazo e instrumentos negociables se aceleraron significativamente–. Por el lado del crédito, tanto el corporativo como el destinado a hogares mantuvieron sus tasas de crecimiento: 13,9% y 6,8%, respectivamente. Con lo anterior y con los euribor a 6 y 12 meses por encima del 4,70%, como mínimo hay que hablar de tensión en Franckfurt. Seguramente lo que le pide el cuerpo al BCE es subir tipos, pero son conscientes de que ese movimiento a contracorriente podría aumentar  las tensiones en los mercados y apreciar aún más el euro. Y no olvidemos que las condiciones financieras (tipos interés más tipo de cambio) ya son las más restrictivas desde que nació el BCE. Por tanto, lo más normal es que en 2008 se mantengan los tipos en el 4%, a no ser que el tipo de cambio o el crecimiento nos de un susto por el camino. Lo más importante es vigilar que las expectativas de inflación no aumenten e ir pensando en como cambiar unos objetivos de política monetaria que empiezan a estar obsoletos.



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30
Nov

La encrucijada de los bancos centrales

Escrito el 30 noviembre 2007 por José Ramón Diez Guijarro en Uncategorized

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En esa encrucijada de los bancos centrales, la actuación de cada uno de ellos dependerá de los grados de libertad que tengan y de su filosofía de política monetaria, es decir, de la eterna lucha entre el pragmatismo y la ortodoxia. En esta situación, tanto la FED como el Banco de Inglaterra han dejado claro que teniendo en cuenta los elevados niveles de tipos de interés en los que terminaron el último mocimiento alcista y la gravedad de la situación económica y financiera, prefieren hacer la vista gorda a subidas puntuales de inflación. Es decir, la FED seguirá bajando tipos hasta la zona del 3,5%-4%, mientras el BoE ya ha anticipado al menos 50 p.b. de bajada.

La duda es lo que puede hacer el BCE, especialmente después de los datos de esta mañana.La principal preocupación sigue siendo la inflación, que alcanzó el 3,0% en noviembre –la tasa más alta desde mayo-01–, debido al encarecimiento de la energía y los alimentos. Por su parte, el agregado M3 marcó un nuevo máximo en octubre (12,3% vs 11,3% anterior), debido a la preferencia por la liquidez –depósitos a corto plazo e instrumentos negociables se aceleraron significativamente–. Por el lado del crédito, tanto el corporativo como el destinado a hogares mantuvieron sus tasas de crecimiento: 13,9% y 6,8%, respectivamente. Con lo anterior y con los euribor a 6 y 12 meses por encima del 4,70%, como mínimo hay que hablar de tensión en Franckfurt. Seguramente lo que le pide el cuerpo al BCE es subir tipos, pero son conscientes de que ese movimiento a contracorriente podría aumentar  las tensiones en los mercados y apreciar aún más el euro. Y no olvidemos que las condiciones financieras (tipos interés más tipo de cambio) ya son las más restrictivas desde que nació el BCE. Por tanto, lo más normal es que en 2008 se mantengan los tipos en el 4%, a no ser que el tipo de cambio o el crecimiento nos de un susto por el camino. Lo más importante es vigilar que las expectativas de inflación no aumenten e ir pensando en como cambiar unos objetivos de política monetaria que empiezan a estar obsoletos.



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En esa encrucijada de los bancos centrales, la actuación de cada uno de ellos dependerá de los grados de libertad que tengan y de su filosofía de política monetaria, es decir, de la eterna lucha entre el pragmatismo y la ortodoxia. En esta situación, tanto la FED como el Banco de Inglaterra han dejado claro que teniendo en cuenta los elevados niveles de tipos de interés en los que terminaron el último mocimiento alcista y la gravedad de la situación económica y financiera, prefieren hacer la vista gorda a subidas puntuales de inflación. Es decir, la FED seguirá bajando tipos hasta la zona del 3,5%-4%, mientras el BoE ya ha anticipado al menos 50 p.b. de bajada.

La duda es lo que puede hacer el BCE, especialmente después de los datos de esta mañana.La principal preocupación sigue siendo la inflación, que alcanzó el 3,0% en noviembre –la tasa más alta desde mayo-01–, debido al encarecimiento de la energía y los alimentos. Por su parte, el agregado M3 marcó un nuevo máximo en octubre (12,3% vs 11,3% anterior), debido a la preferencia por la liquidez –depósitos a corto plazo e instrumentos negociables se aceleraron significativamente–. Por el lado del crédito, tanto el corporativo como el destinado a hogares mantuvieron sus tasas de crecimiento: 13,9% y 6,8%, respectivamente. Con lo anterior y con los euribor a 6 y 12 meses por encima del 4,70%, como mínimo hay que hablar de tensión en Franckfurt. Seguramente lo que le pide el cuerpo al BCE es subir tipos, pero son conscientes de que ese movimiento a contracorriente podría aumentar las tensiones en los mercados y apreciar aún más el euro. Y no olvidemos que las condiciones financieras (tipos interés más tipo de cambio) ya son las más restrictivas desde que nació el BCE. Por tanto, lo más normal es que en 2008 se mantengan los tipos en el 4%, a no ser que el tipo de cambio o el crecimiento nos de un susto por el camino. Lo más importante es vigilar que las expectativas de inflación no aumenten e ir pensando en como cambiar unos objetivos de política monetaria que empiezan a estar obsoletos.

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