El Gobierno español aprobó hoy el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2008, donde se quintuplica la partida de gastos diversos, con el objetivo de contar con margen suficiente para pagar las exigencias económicas de sus aliados parlamentarios y las promesas preelectorales del PSOE: la ayuda de 2.500 euros por hijo nacido que supondrá 1.550 millones de euros anuales, 784 millones adicionales para las nuevas ayudas al alquiler de vivienda, 400 millones que costará incrementar las pensiones mínimas y el plan de salud bucodental que se llevará entre 160 y 200 millones al año. A su vez, el aumento de las pensiones de viudedad significará otros 30 millones para este ejercicio. Es sabido que las alegrías en el gasto corriente, como las descritas, no resuelven los problemas que tiene España que son por el lado de la oferta. España necesita mejorar su productividad.
De ahí que me parezca muy positivo los incrementos de gastos educación, I+D+i e infraestructuras que contemplan los Presupuestos generales del Estado para 2008. El gasto en educación sube un 14% pero se trata de una mínima parte de ese gasto ya que casi toda la educación está transferida a las comunidades autónomas. El I+D+i sube un 16,4%. El gasto en infraestructuras aumenta un 11,5%. En este sentido y por lo que se refiere a las inversiones estatales los presupuestos hacen un reparto geográfico donde algunos ganan y otros pierden. El gasto en infraestructuras en Andalucía, importante fuente de votos del PSOE, será proporcional al peso de la población andaluza sobre el conjunto del Estado. Es decir, el 17,8% del global. Y en Cataluña, donde también se puede arañar algún diputado, el acuerdo cerrado por Castells con Solbes estipula una inversión para 2007 equivalente al 18,85% del total nacional (la aportación de Cataluña al PIB). Entre ambas comunidades, acapararán así más del 36% del total. A ello hay que unir alguna sorpresa de última hora, en la discusión en Cortes, de algún gasto más de carácter clientelar y electoralista.
Los Presupuestos Generales del Estado también traen muy buenas noticias para los que somos de Pontevedra. Los presupuestos recogen importantes partidas para carreteras, tren de alta velocidad, puerto y aeropuerto, así como para el suministro de agua para Pontevedra y su ría. Estamos encantados.
A mi me parece que estos presupuestos gastan más de lo debido y que deberían haber adoptado un sesgo claramente más restrictivo para contener la demanda interna y frenar los desequilibrios: la inflación, que sigue estando por encima de la media de la eurozona y el déficit por cuenta corriente (9,6% del PIB en el primer semestre de 2007). De ahí que para ayudar a controlar la inflación y equilibrar la balanza de pagos las Cortes Generales deberían aprobar para el 2008 (año electoral) unos presupuestos mucho más contractivos que los que se proponen. Resulta muy preocupante el bajo superávit fiscal (0,9% del PIB para las Administraciones Centrales y 1,15% para el total de las Administraciones Públicas) que es muy probable que se transforme en déficit a lo largo del año 2008.
Así si se produjera en 2008 un crecimiento económico menor del presupuestado (se presupuesta un 3,3%) ello se traduciría en menores ingresos fiscales, más gasto público y por tanto déficit, es decir una política fiscal expansiva e inflacionaria. Creo que no sería bueno para España. El superávit en cambio apuntala la confianza de los inversores en la economía española ¿Están justificados los aumentos del gasto? ¿Se cumplirán los ingresos fiscales presupuestados sobre un crecimiento del PIB del 3,3%? Considere el lector que en el segundo semestre de este año 2007 la economía española está creciendo al 3,5% ¿En la fase del ciclo económico que estamos crecerá la economía en 2008 al 3,3% como plantea el gobierno o lo hará al 2,8% como prevé el The Economist que ha salido publicado hoy? ¿Son unos presupuestos solidarios y equitativos para el conjunto de la economía española y para los equilibrios territoriales?
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