En el segundo trimestre de este año se ha producido la primera disminución de la tasa de crecimiento de la economía española de los últiimos 13 trimestres. Efectivamente, tal como publica hoy el INE, durante el segundo trimestre del año, el PIB real registró un crecimiento interanual del 4%, frente al 4,1% del trimestre anterior. Este crecimiento supera, una vez más, el consenso de las previsiones de los analistas. La ligera desaceleración del ritmo de crecimiento del PIB español proviene de la moderación del gasto de las familias tanto en el consumo como en vivienda. Por otro lado se observa una menor aportación negativa del sector exterior lo que quiere decir que se va corrigiendo, aunque muy ligeramente, el patrón excesivamente desequilibrado que ha dominado la economía española en los últimos años. Esto no quiere decir que se reduzca el déficit por cuenta corriente, sino que este tiende a frenar su crecimiento.
El consumo final de las Administraciones Públicas sigue creciendo por encima del PIB en el segundo trimestre de este año en la misma línea que los dos trimestres anteriores, reflejando las elecciones locales y autonómicas de mayo último y las generales que se aproximan más bien pronto que tarde.
La inversión en vivienda muestra una tendencia a la baja en los últimos cinco trimestres y que se ha intensificado en los tres últimos. Esta tendencia, sin embargo, se vio contrarrestada por la aceleración de la construcción no residencial. Ahora bien, el repunte de esta descansa en gran parte en el pico de la obra pública que se produce dos o tres trimestres antes de las elecciones generales, locales y autonómicas. Y dada la proximidad de las generales no espero que remita hasta después de estas y, por tanto, será entonces cuando la actividad constructora en su conjunto se modere.
En resumen, al igual que se prevé a escala mundial, la fase cíclica expansiva que inició la economía española en 2003 parece haber iniciado su descenso en el segundo trimestre de 2007. Desgraciadamente el contexto internacional y las condiciones propias de la economía española hacen posible una corrección negativa en el ritmo de crecimiento del PIB y del empleo a medio plazo. Los desequilibrios financieros de los hogares y empresas también siguen aumentando y sus repercusiones también presentan importantes incertidumbres sobre el crecimiento del PIB a medio plazo. A ello se une el exceso de oferta de vivienda y el mayor paro en ese sector ¿Cambiará el patrón de crecimiento económico español basado en actividades resguardadas de la competencia internacional, intensivas en mano de obra y con niveles de productividad bajos? ¿Estamos ante un cambio de ciclo de la economía española?
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