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    [post_content] => El tabaco y el alcohol son más baratos en España que en la mayoría de los países europeos, según un informe que público ayer Eurostat. España es el quinto país de la Unión Europea con el alcohol más barato y el undécimo con el tabaco. Sus precios son un 36% y un 19% menores que la media europea. La razón principal de estas diferencias radica en la menor carga impositiva a la que están sometidos estos productos en España.




La noticia choca si se tiene en cuenta que el Gobierno se ha marcado como objetivo reducir el consumo de tabaco en la población española. Para ello hizo la Ley Antitabaco, que entró en vigor hace año y medio.  Las campañas de concienciación, las limitaciones a su comercialización y las restricciones impuestas a fumar en determinados lugares (centros  de trabajo, de enseñanza…), no parecen haber logrado disminuir significativamente el número de fumadores. Tal vez una mayor carga impositiva sobre el tabaco, al estilo de la vigente en el Reino Unido hubiera sido más efectiva.

Con el alcohol, pasa un poco lo mismo. Hace tiempo que las administraciones quieren reducir su consumo, especialmente entre  los adolescentes, y para ello han establecido restricciones a su venta y a su ingesta, por ejemplo, en los lugares públicos (el famoso “botellón”). Además de por cuestiones relacionadas con la salud, entra en juego el deseo de reducir la siniestrabilidad en las carreteras, muy relacionada como sabemos, con el consumo de alcohol. También en este caso se ha barajado elevar la carga fiscal para reducir el consumo, lo que ha despertado toda clase de críticas, especialmente por parte de los los hosteleros  y de los productores de vino y cerveza.

La pregunta que da título a esta entrada, provoca muchas controversias. Una elevación de los impuestos que gravan el alcohol y el tabaco, probablemente contribuiría a reducir su consumo y a mejorar nuestra salud, pero haría daño a los productores, distribuidores y al sector de la hostelería.  También podría afectar al turismo, pues para muchos europeos, “las copas” españolas son un poderoso argumento para elegir nuestro país como destino de sus vacaciones. Y yo creo que, para la población española en general, subir significativamente los impuestos especialmente sobre el alcohol, no sería bien visto, pues de alguna manera, el alcohol forma parte de nuestra estilo de vida y de ocio. ¿Cómo resolvemos este dilema? ¿Se deben subir los impuestos que gravan ambos bienes? ¿O es una medida que traería más perjuicios que beneficios?  ¿Dejaría más gente de fumar si el tabaco tuviera el mismo precio que en el Reino Unido? ¿Beberían menos los adolescentes de si se encareciera el botellón? ¿Afectaría al turismo? ¿Forma parte  de nuestroestilo de vida ,el consumo de alcohol?

    [post_title] => ¿Deben subir los impuestos sobre el  alcohol  y el tabaco en España?
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14
Jul
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La noticia choca si se tiene en cuenta que el Gobierno se ha marcado como objetivo reducir el consumo de tabaco en la población española. Para ello hizo la Ley Antitabaco, que entró en vigor hace año y medio.  Las campañas de concienciación, las limitaciones a su comercialización y las restricciones impuestas a fumar en determinados lugares (centros  de trabajo, de enseñanza…), no parecen haber logrado disminuir significativamente el número de fumadores. Tal vez una mayor carga impositiva sobre el tabaco, al estilo de la vigente en el Reino Unido hubiera sido más efectiva.

Con el alcohol, pasa un poco lo mismo. Hace tiempo que las administraciones quieren reducir su consumo, especialmente entre  los adolescentes, y para ello han establecido restricciones a su venta y a su ingesta, por ejemplo, en los lugares públicos (el famoso “botellón”). Además de por cuestiones relacionadas con la salud, entra en juego el deseo de reducir la siniestrabilidad en las carreteras, muy relacionada como sabemos, con el consumo de alcohol. También en este caso se ha barajado elevar la carga fiscal para reducir el consumo, lo que ha despertado toda clase de críticas, especialmente por parte de los los hosteleros  y de los productores de vino y cerveza.

La pregunta que da título a esta entrada, provoca muchas controversias. Una elevación de los impuestos que gravan el alcohol y el tabaco, probablemente contribuiría a reducir su consumo y a mejorar nuestra salud, pero haría daño a los productores, distribuidores y al sector de la hostelería.  También podría afectar al turismo, pues para muchos europeos, “las copas” españolas son un poderoso argumento para elegir nuestro país como destino de sus vacaciones. Y yo creo que, para la población española en general, subir significativamente los impuestos especialmente sobre el alcohol, no sería bien visto, pues de alguna manera, el alcohol forma parte de nuestra estilo de vida y de ocio. ¿Cómo resolvemos este dilema? ¿Se deben subir los impuestos que gravan ambos bienes? ¿O es una medida que traería más perjuicios que beneficios?  ¿Dejaría más gente de fumar si el tabaco tuviera el mismo precio que en el Reino Unido? ¿Beberían menos los adolescentes de si se encareciera el botellón? ¿Afectaría al turismo? ¿Forma parte  de nuestroestilo de vida ,el consumo de alcohol?

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La noticia choca si se tiene en cuenta que el Gobierno se ha marcado como objetivo reducir el consumo de tabaco en la población española. Para ello hizo la Ley Antitabaco, que entró en vigor hace año y medio. Las campañas de concienciación, las limitaciones a su comercialización y las restricciones impuestas a fumar en determinados lugares (centros de trabajo, de enseñanza…), no parecen haber logrado disminuir significativamente el número de fumadores. Tal vez una mayor carga impositiva sobre el tabaco, al estilo de la vigente en el Reino Unido hubiera sido más efectiva.

Con el alcohol, pasa un poco lo mismo. Hace tiempo que las administraciones quieren reducir su consumo, especialmente entre los adolescentes, y para ello han establecido restricciones a su venta y a su ingesta, por ejemplo, en los lugares públicos (el famoso “botellón”). Además de por cuestiones relacionadas con la salud, entra en juego el deseo de reducir la siniestrabilidad en las carreteras, muy relacionada como sabemos, con el consumo de alcohol. También en este caso se ha barajado elevar la carga fiscal para reducir el consumo, lo que ha despertado toda clase de críticas, especialmente por parte de los los hosteleros y de los productores de vino y cerveza.

La pregunta que da título a esta entrada, provoca muchas controversias. Una elevación de los impuestos que gravan el alcohol y el tabaco, probablemente contribuiría a reducir su consumo y a mejorar nuestra salud, pero haría daño a los productores, distribuidores y al sector de la hostelería. También podría afectar al turismo, pues para muchos europeos, “las copas” españolas son un poderoso argumento para elegir nuestro país como destino de sus vacaciones. Y yo creo que, para la población española en general, subir significativamente los impuestos especialmente sobre el alcohol, no sería bien visto, pues de alguna manera, el alcohol forma parte de nuestra estilo de vida y de ocio. ¿Cómo resolvemos este dilema? ¿Se deben subir los impuestos que gravan ambos bienes? ¿O es una medida que traería más perjuicios que beneficios? ¿Dejaría más gente de fumar si el tabaco tuviera el mismo precio que en el Reino Unido? ¿Beberían menos los adolescentes de si se encareciera el botellón? ¿Afectaría al turismo? ¿Forma parte de nuestroestilo de vida ,el consumo de alcohol?

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