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    [post_content] => Hoy nos hemos despertado con la noticia de que el británico Barclays Bank ha mejorado su oferta por el banco ABN Amro, dentro de la batalla que mantiene con el consorcio formado por el Santander, Bank of Scotland y Fortis por hacerse con el control de la entidad holandesa. La noticia, que podría pasar inadvertida entre las que casi a diario se producen en el campo de los grandes movimientos corporativos, presenta, sin embargo, un ingrediente hasta ahora poco habitual. El incremento de la oferta de Barclays viene respaldado por los fondos que le inyectarán dos entidades asiáticas: el banco estatal chino, China Development Bank y el consorcio del Gobierno de Singapur, Temasek Holding. Parte de estos fondos, 3.600 millones de euros irán destinados a mejorar la oferta sobre ABN Amro, pero los restantes 9.800, a comprar una participación en Barclays. De esta manera, y en función de que tenga éxito la OPA sobre el banco holandés, China Development Bank podría llegar a controlar hasta cerca del 8% de Barclays y Temasek, el 3%.


Estos movimientos son sólo los primeros compases de una melodía que el futuro, sonará muy frecuentemente. Me refiero a la entrada en el capital de empresas y entidades financieras occidentales, de capital asiático, especialmente chino. El gigante asiático atesora más de 1,2 billones de dólares de reservas, fruto de su descomunal superávit comercial y de los flujos de inversión directa que ha recibido en los últimos años. Hasta ahora esos fondos se habían canalizado hacia la compra de bonos americanos, al igual que han hecho el resto de economías del sudeste asiático. Pero desde hace unos meses, las autoridades chinas, han decidido invertir de forma más agresiva sus cuantiosas reservas. Hace pocas semanas, el gobierno chino, a través de su agencia estatal de inversiones, adquirió por 3.000 millones de dólares, el 10% del fondo de inversión Blackstone, uno de los más activos a nivel mundial. Hoy respalda la OPA de Barclays sobre ABN Amro, y en los próximos meses seguramente veremos más operaciones de esta naturaleza. Hasta ahora, la inversión china en el exterior se había mostrado especialmente activa en el campo de las materias primas, para asegurarse su suministro. También había hecho algunas incursiones en el ámbito de los bienes de consumo (Lenovo compro la división de PC´s de IBM). Pero parece que ahora ha llegado el momento de tomar participaciones financieras. ¿Veremos en los próximos tiempos a las empresas y bancos chinos realizar más operaciones de este tipo?¿Es peligroso que un Gobierno comunista tome el control de entidades occidentales? ¿Deberíamos restringir estas inversiones?
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23
Jul

China mueve ficha

Escrito el 23 julio 2007 por JUAN CARLOS MARTINEZ en China, Economía Mundial

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Estos movimientos son sólo los primeros compases de una melodía que el futuro, sonará muy frecuentemente. Me refiero a la entrada en el capital de empresas y entidades financieras occidentales, de capital asiático, especialmente chino. El gigante asiático atesora más de 1,2 billones de dólares de reservas, fruto de su descomunal superávit comercial y de los flujos de inversión directa que ha recibido en los últimos años. Hasta ahora esos fondos se habían canalizado hacia la compra de bonos americanos, al igual que han hecho el resto de economías del sudeste asiático. Pero desde hace unos meses, las autoridades chinas, han decidido invertir de forma más agresiva sus cuantiosas reservas. Hace pocas semanas, el gobierno chino, a través de su agencia estatal de inversiones, adquirió por 3.000 millones de dólares, el 10% del fondo de inversión Blackstone, uno de los más activos a nivel mundial. Hoy respalda la OPA de Barclays sobre ABN Amro, y en los próximos meses seguramente veremos más operaciones de esta naturaleza. Hasta ahora, la inversión china en el exterior se había mostrado especialmente activa en el campo de las materias primas, para asegurarse su suministro. También había hecho algunas incursiones en el ámbito de los bienes de consumo (Lenovo compro la división de PC´s de IBM). Pero parece que ahora ha llegado el momento de tomar participaciones financieras. ¿Veremos en los próximos tiempos a las empresas y bancos chinos realizar más operaciones de este tipo?¿Es peligroso que un Gobierno comunista tome el control de entidades occidentales? ¿Deberíamos restringir estas inversiones?
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Hoy nos hemos despertado con la noticia de que el británico Barclays Bank ha mejorado su oferta por el banco ABN Amro, dentro de la batalla que mantiene con el consorcio formado por el Santander, Bank of Scotland y Fortis por hacerse con el control de la entidad holandesa. La noticia, que podría pasar inadvertida entre las que casi a diario se producen en el campo de los grandes movimientos corporativos, presenta, sin embargo, un ingrediente hasta ahora poco habitual. El incremento de la oferta de Barclays viene respaldado por los fondos que le inyectarán dos entidades asiáticas: el banco estatal chino, China Development Bank y el consorcio del Gobierno de Singapur, Temasek Holding. Parte de estos fondos, 3.600 millones de euros irán destinados a mejorar la oferta sobre ABN Amro, pero los restantes 9.800, a comprar una participación en Barclays. De esta manera, y en función de que tenga éxito la OPA sobre el banco holandés, China Development Bank podría llegar a controlar hasta cerca del 8% de Barclays y Temasek, el 3%.


Estos movimientos son sólo los primeros compases de una melodía que el futuro, sonará muy frecuentemente. Me refiero a la entrada en el capital de empresas y entidades financieras occidentales, de capital asiático, especialmente chino. El gigante asiático atesora más de 1,2 billones de dólares de reservas, fruto de su descomunal superávit comercial y de los flujos de inversión directa que ha recibido en los últimos años. Hasta ahora esos fondos se habían canalizado hacia la compra de bonos americanos, al igual que han hecho el resto de economías del sudeste asiático. Pero desde hace unos meses, las autoridades chinas, han decidido invertir de forma más agresiva sus cuantiosas reservas. Hace pocas semanas, el gobierno chino, a través de su agencia estatal de inversiones, adquirió por 3.000 millones de dólares, el 10% del fondo de inversión Blackstone, uno de los más activos a nivel mundial. Hoy respalda la OPA de Barclays sobre ABN Amro, y en los próximos meses seguramente veremos más operaciones de esta naturaleza. Hasta ahora, la inversión china en el exterior se había mostrado especialmente activa en el campo de las materias primas, para asegurarse su suministro. También había hecho algunas incursiones en el ámbito de los bienes de consumo (Lenovo compro la división de PC´s de IBM). Pero parece que ahora ha llegado el momento de tomar participaciones financieras. ¿Veremos en los próximos tiempos a las empresas y bancos chinos realizar más operaciones de este tipo?¿Es peligroso que un Gobierno comunista tome el control de entidades occidentales? ¿Deberíamos restringir estas inversiones?

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