WP_Post Object ( [ID] => 4431 [post_author] => 13668 [post_date] => 2007-02-06 14:08:06 [post_date_gmt] => 2007-02-06 13:08:06 [post_content] => Ayer tuvo lugar en el Instituto un interesante desayuno-coloquio, organizado por Asia Empresarial, sobre las oportunidades que ofrece España como destino del turismo asiático. Hasta hace poco, los únicos asiáticos que de forma masiva hacían turismo eran los japoneses, pero en los últimos años, como consecuencia del crecimiento económico que experimenta la región, se empiezan a añadir los nacionales de otros países a este fenómeno. Concretamente, se analizaron las características de tres mercados emisores: el ya mencionado Japón, China e India, es decir, la mayor economía de Asia y los dos colosos emergentes. A pesar de ser radicalmente distintos, estos tres mercados presentan ciertas características comunes. Es un turismo con un poder adquisitivo elevado, que viaja mayoritariamente en grupos organizados, interesado en destinos urbanos (difícilmente veremos a un asiático en la playa), con cierto interés cultural (los japoneses sí que destacan en esta parcela) y al que le gusta mucho “hacer compras”, a lo que dedica una parte sustancial del presupuesto de su viaje. Pero mientras en Japón el turismo es una actividad extendida socialmente, en China e India, de momento sólo está al alcance de una clase emergente. Por otra parte, en China la salida de turistas está fuertemente regulada por las autoridades, lo que unido a los escasos periodos vacacionales de los que gozan los chinos, limita bastante sus posibilidades, a pesar de lo que se viene hablando últimamente en ese sentido. Por último, está la cuestión del destino. La mayor parte del turismo que hacen los asiáticos tiene como destino los países limítrofes y sólo una pequeña proporción elige Estados Unidos o Europa como destino. En lo referido a nuestro país, lo primero que hay que indicar es que, aunque están aumentando las llegadas, no somos uno de sus destinos favoritos, puesto que no existe una clara identificación de la marca España como destino turístico, salvo para los japoneses. Éstos si que valoran la valoran (Barcelona y la arquitectura de Gaudí son dos poderosos reclamos), pero en cambio para los chinos, París es su icono y para los indios, Londres es su imán en Europa. De ahí que haya que aumentar los esfuerzos para mejorar el conocimiento de España en esos mercados. Otro problema al que nos enfrentamos es a la ausencia de vuelos directos entre España, Japón, India y China lo que limita notablemente la capacidad de llegada de turistas. Pero lo último y más grave, es que a veces las restricciones las ponemos nosotros mismos. Aunque ahora lleva dos años recuperándose, tras las medidas adoptadas (en 2006 nos visitaron casi 270.000), aún no ha alcanzado los casi 400.000 turistas japoneses que llegaron en 1998. ¿Las razones del descenso? La inseguridad ciudadana. Durante años, los japoneses de visita en España eran el bocado favorito de los atracadores. ¿La consecuencia? El Ministerio de Asuntos Exteriores japonés incluyó a España como destino no recomendado por su peligrosidad. Otro ejemplo. En China sólo hay dos consulados españoles: Pekín y Shanghai. Ambos están desbordados, pues deben tramitar las solicitudes de adopción de niñas chinas por parejas españolas, las más numerosas tras las estadounidenses. Eso limita la posibilidad de emitir los correspondientes visados a los turistas chinos, redundando en un menor número de visitantes. Queda por tanto una inmensa tarea por realizar para poder ser un referente del turismo asiático, al igual que se es del turismo europeo. No hay que olvidar que el turista asiático es radicalmente distinto del europeo (mucho más centrado en el sol y playa), lo que implica una profunda adaptación de la industria y de la administración a esos nuevos y emergentes mercados. Por cierto, para aquellos que os intereses el tema, en las Comunidades del Instituto existe un magnífico blog dedicado al sector turístico. [post_title] => Turistas asiáticos [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => turistas_asiati [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:55:07 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:55:07 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2007/02/turistas_asiati.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 2 [filter] => raw )
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A pesar de ser radicalmente distintos, estos tres mercados presentan ciertas características comunes. Es un turismo con un poder adquisitivo elevado, que viaja mayoritariamente en grupos organizados, interesado en destinos urbanos (difícilmente veremos a un asiático en la playa), con cierto interés cultural (los japoneses sí que destacan en esta parcela) y al que le gusta mucho “hacer compras”, a lo que dedica una parte sustancial del presupuesto de su viaje.
Pero mientras en Japón el turismo es una actividad extendida socialmente, en China e India, de momento sólo está al alcance de una clase emergente. Por otra parte, en China la salida de turistas está fuertemente regulada por las autoridades, lo que unido a los escasos periodos vacacionales de los que gozan los chinos, limita bastante sus posibilidades, a pesar de lo que se viene hablando últimamente en ese sentido. Por último, está la cuestión del destino. La mayor parte del turismo que hacen los asiáticos tiene como destino los países limítrofes y sólo una pequeña proporción elige Estados Unidos o Europa como destino.
En lo referido a nuestro país, lo primero que hay que indicar es que, aunque están aumentando las llegadas, no somos uno de sus destinos favoritos, puesto que no existe una clara identificación de la marca España como destino turístico, salvo para los japoneses. Éstos si que valoran la valoran (Barcelona y la arquitectura de Gaudí son dos poderosos reclamos), pero en cambio para los chinos, París es su icono y para los indios, Londres es su imán en Europa. De ahí que haya que aumentar los esfuerzos para mejorar el conocimiento de España en esos mercados. Otro problema al que nos enfrentamos es a la ausencia de vuelos directos entre España, Japón, India y China lo que limita notablemente la capacidad de llegada de turistas.
Pero lo último y más grave, es que a veces las restricciones las ponemos nosotros mismos. Aunque ahora lleva dos años recuperándose, tras las medidas adoptadas (en 2006 nos visitaron casi 270.000), aún no ha alcanzado los casi 400.000 turistas japoneses que llegaron en 1998. ¿Las razones del descenso? La inseguridad ciudadana. Durante años, los japoneses de visita en España eran el bocado favorito de los atracadores. ¿La consecuencia? El Ministerio de Asuntos Exteriores japonés incluyó a España como destino no recomendado por su peligrosidad.
Otro ejemplo. En China sólo hay dos consulados españoles: Pekín y Shanghai. Ambos están desbordados, pues deben tramitar las solicitudes de adopción de niñas chinas por parejas españolas, las más numerosas tras las estadounidenses. Eso limita la posibilidad de emitir los correspondientes visados a los turistas chinos, redundando en un menor número de visitantes.
Queda por tanto una inmensa tarea por realizar para poder ser un referente del turismo asiático, al igual que se es del turismo europeo. No hay que olvidar que el turista asiático es radicalmente distinto del europeo (mucho más centrado en el sol y playa), lo que implica una profunda adaptación de la industria y de la administración a esos nuevos y emergentes mercados. Por cierto, para aquellos que os intereses el tema, en las Comunidades del Instituto existe un magnífico blog dedicado al sector turístico.
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