WP_Post Object ( [ID] => 4372 [post_author] => 115 [post_date] => 2006-12-01 15:00:20 [post_date_gmt] => 2006-12-01 14:00:20 [post_content] => Un estudio de la UNCTAD publicado ayer pone de manifiesto las notables diferencias en el grado de apertura de los países en desarrollo y de las economías en transición a la inversión extranjera directa (IED) en los servicios. El estudio se basa en una compilación y un análisis exhaustivo de los datos relacionados con las restricciones impuestas a la IED en 50 países de América Latina, Asia, África y Europa que abarcan muy diversas industrias de servicios. En el estudio se observa que los países de América Latina y las economías en transición de Europa central y oriental, en promedio están más abiertos que los países de África y los países en desarrollo de Asia (gráfico 1), aunque con importantes variaciones dentro de las regiones. Según el informe, la República Checa, Bolivia y Uganda son los países donde hay menos restricciones a la IED en los servicios, mientras que Filipinas, Etiopía y la Arabia Saudita se sitúan en el extremo opuesto. Según los sectores, los servicios relativos al medio ambiente, la construcción y el turismo son manifiestamente los menos afectados por restricciones a la entrada de IED, mientras que los sectores de la electricidad y de las telecomunicaciones siguen sujetos a restricciones relativamente estrictas (gráfico 2). La IED en los servicios representa alrededor de dos tercios de las entradas mundiales de IED y aproximadamente el 55% de las entradas de IED en los países en desarrollo. Ese tipo de IED puede desempeñar un importante papel en el desarrollo puesto que atrae tecnología, conocimientos y competencias y crea empleos. Al mismo tiempo, las entradas de IED pueden suscitar preocupaciones. En efecto, puesto que muchos servicios integran la trama social, cultural y política de la sociedad, los países dificultan su entrada sacrificando la eficiencia económica por un mayor proteccionismo. Ello sirve para explicar por qué muchos países han mantenido sus restricciones a la IED. Una solución a ese problema es que los países tengan marcos regulatorios claros y creíbles en los mercados de servicios públicos. En los gráficos 1 y 2 el grado de restricción se mide en una escala de 0 a 1, donde 0 representa una apertura total y 1 una prohibición de de la IED. Gráfico 1. Puntuaciones medias en materia de restricción por regiones; todos los servicios; 2004 o el último año disponible Gráfico 2. Puntuaciones en materia de restricción por industria; promedio de todos los países; 2004 o el último año disponible [post_title] => LA APERTURA A LA INVERSIÓN EXTRANJERA EN LOS SERVICIOS VARÍA CONSIDERABLEMENTE SEGÚN LOS PAÍSES EN DESARROLLO [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => la_apertura_a_l [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2006-12-01 15:00:20 [post_modified_gmt] => 2006-12-01 14:00:20 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2006/12/la_apertura_a_l.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 1 [filter] => raw )
Un estudio de la UNCTAD publicado ayer pone de manifiesto las notables diferencias en el grado de apertura de los países en desarrollo y de las economías en transición a la inversión extranjera directa (IED) en los servicios. El estudio se basa en una compilación y un análisis exhaustivo de los datos relacionados con las restricciones impuestas a la IED en 50 países de América Latina, Asia, África y Europa que abarcan muy diversas industrias de servicios.
En el estudio se observa que los países de América Latina y las economías en transición de Europa central y oriental, en promedio están más abiertos que los países de África y los países en desarrollo de Asia (gráfico 1), aunque con importantes variaciones dentro de las regiones. Según el informe, la República Checa, Bolivia y Uganda son los países donde hay menos restricciones a la IED en los servicios, mientras que Filipinas, Etiopía y la Arabia Saudita se sitúan en el extremo opuesto. Según los sectores, los servicios relativos al medio ambiente, la construcción y el turismo son manifiestamente los menos afectados por restricciones a la entrada de IED, mientras que los sectores de la electricidad y de las telecomunicaciones siguen sujetos a restricciones relativamente estrictas (gráfico 2).
La IED en los servicios representa alrededor de dos tercios de las entradas mundiales de IED y aproximadamente el 55% de las entradas de IED en los países en desarrollo. Ese tipo de IED puede desempeñar un importante papel en el desarrollo puesto que atrae tecnología, conocimientos y competencias y crea empleos. Al mismo tiempo, las entradas de IED pueden suscitar preocupaciones. En efecto, puesto que muchos servicios integran la trama social, cultural y política de la sociedad, los países dificultan su entrada sacrificando la eficiencia económica por un mayor proteccionismo. Ello sirve para explicar por qué muchos países han mantenido sus restricciones a la IED. Una solución a ese problema es que los países tengan marcos regulatorios claros y creíbles en los mercados de servicios públicos. En los gráficos 1 y 2 el grado de restricción se mide en una escala de 0 a 1, donde 0 representa una apertura total y 1 una prohibición de de la IED.
Gráfico 1. Puntuaciones medias en materia de restricción por regiones; todos los servicios; 2004 o el último año disponible
Gráfico 2. Puntuaciones en materia de restricción por industria; promedio de todos los países; 2004 o el último año disponible
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