WP_Post Object ( [ID] => 4357 [post_author] => 13668 [post_date] => 2006-11-14 17:26:44 [post_date_gmt] => 2006-11-14 16:26:44 [post_content] => Esta mañana ha dado una conferencia en el Instituto, el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores de India, Mr. Anand Sharma. En ella ha desgranado los atractivos y las oportunidades que ofrece su país como destino de inversiones. En este caso de inversiones españolas, por cierto, muy escasas hasta la fecha. En los últimos tiempos, India se está configurando como el otro gran gigante emergente del continente asiático y de la economía mundial. La mayor democracia del planeta, con unos 1.100 millones de personas, superará en población a China dentro de 25 ó 30 años. Su crecimiento económico se ha acelerado desde 2003, y actualmente supera el 8%, gracias a la demanda interna, a las exportaciones, y a la entrada de capitales extranjeros. Aunque lo que distingue a India, es que su patrón de crecimiento está basado fundamentalmente en desarrollo de los servicios, frente al modelo industrial de los tigres y dragones del sudeste asiático. Gracias al alto grado de cualificación y al dominio del inglés que tiene una parte significativa de su población, el país se está convirtiendo en un centro de desarrollo de servicios y de tecnologías de la información. Actualmente es la décima potencia económica mundial, y su economía es aproximadamente un tercio de la china, pero las previsiones indican que India podría convertirse en la tercera economía del planeta hacia el año 2035. A pesar de sus altas tasas de crecimiento, la economía no presenta grandes desajustes macroeconómicos, salvo en el ámbito fiscal: la inflación viene rondando el 5% y el déficit por cuenta corriente, aunque aumentando, no alcanza el 3% de su PIB. Pero su talón de Aquiles, (obviando por supuesto los dramáticos niveles de pobreza y de desigualdades sociales), son sus infraestructuras. Si India quiere mantener sus ritmos de crecimientos necesitará fortísimas inversiones para mejorarlas. Y debido a que el déficit público, supera el 7% del PIB, y a que la deuda pública acumulada, ronda el 80% del PIB, resulta difícil pensar que el país podrá acometer en solitario las inversiones necesarias, lo que abre una ventana de oportunidades a las grandes constructoras españolas. La cuestión a dilucidar es si en India, al igual que en China, se darán las condiciones necesarias para poder seguir creciendo a tasas superiores al 8% durante mucho tiempo. [post_title] => La atractiva economía india [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => la_atractiva_ec [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:55:09 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:55:09 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2006/11/la_atractiva_ec.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 2 [filter] => raw )
Esta mañana ha dado una conferencia en el Instituto, el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores de India, Mr. Anand Sharma. En ella ha desgranado los atractivos y las oportunidades que ofrece su país como destino de inversiones. En este caso de inversiones españolas, por cierto, muy escasas hasta la fecha.
En los últimos tiempos, India se está configurando como el otro gran gigante emergente del continente asiático y de la economía mundial. La mayor democracia del planeta, con unos 1.100 millones de personas, superará en población a China dentro de 25 ó 30 años. Su crecimiento económico se ha acelerado desde 2003, y actualmente supera el 8%, gracias a la demanda interna, a las exportaciones, y a la entrada de capitales extranjeros. Aunque lo que distingue a India, es que su patrón de crecimiento está basado fundamentalmente en desarrollo de los servicios, frente al modelo industrial de los tigres y dragones del sudeste asiático. Gracias al alto grado de cualificación y al dominio del inglés que tiene una parte significativa de su población, el país se está convirtiendo en un centro de desarrollo de servicios y de tecnologías de la información. Actualmente es la décima potencia económica mundial, y su economía es aproximadamente un tercio de la china, pero las previsiones indican que India podría convertirse en la tercera economía del planeta hacia el año 2035.
A pesar de sus altas tasas de crecimiento, la economía no presenta grandes desajustes macroeconómicos, salvo en el ámbito fiscal: la inflación viene rondando el 5% y el déficit por cuenta corriente, aunque aumentando, no alcanza el 3% de su PIB. Pero su talón de Aquiles, (obviando por supuesto los dramáticos niveles de pobreza y de desigualdades sociales), son sus infraestructuras. Si India quiere mantener sus ritmos de crecimientos necesitará fortísimas inversiones para mejorarlas. Y debido a que el déficit público, supera el 7% del PIB, y a que la deuda pública acumulada, ronda el 80% del PIB, resulta difícil pensar que el país podrá acometer en solitario las inversiones necesarias, lo que abre una ventana de oportunidades a las grandes constructoras españolas.
La cuestión a dilucidar es si en India, al igual que en China, se darán las condiciones necesarias para poder seguir creciendo a tasas superiores al 8% durante mucho tiempo.
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