WP_Post Object ( [ID] => 4351 [post_author] => 115 [post_date] => 2006-11-07 08:58:30 [post_date_gmt] => 2006-11-07 07:58:30 [post_content] => Hace medio lustro, el 1 de mayo de 2004, 10 nuevos países entraron en la Unión Europea, lo que supuso un cambio drástico en la estructura económica de Europa. Se creó un mercado de más de 450 millones de habitantes, un aumento de las relaciones comerciales, dentro de Europa, y un entorno más competitivo. Desde que España entró en la UE, en 1986, hemos recibido cuantiosos fondos estructurales de los países ricos (sobre todo de Alemania y Francia), a cambio nosotros nos convertimos en un importante cliente (compradores) de esos países. Sin embargo la entrada de los 10 nuevos socios no ha generado un aumento sensible del comercio bilateral de España con estos países y es muy posible que haya afectado negativamente a las exportaciones de España al resto de países europeos al ser sustituidas por las de los 10 nuevos países. La posición geográfica de España es muy periférica lo que ha supuesto una desventaja para nuestras relaciones comerciales dentro de la UE, en comparación con países como Alemania, Austria, Francia, Reino Unido o Italia que sí han sabido aprovechar la ampliación. Nosotros estamos pagando la ampliación, en términos de menores fondos europeos. También pagaremos la ampliación del año que viene de Bulgaria y Rumania. Después de la ampliación de 2004 la mayoría de las regiones españolas han dejado de ser Objetivo 1 (aquellas con una renta per cápita menor o igual al 75% de la media comunitaria) y dejarán, por tanto, de percibir fondos estructurales (FEOGA Orientación, FEDER y Fondo Social Europeo) sólo quedarán Andalucía, Extremadura y Galicia, ¿Es esto una amenaza para las regiones españolas que dejarán de percibir fondos? ¿Se convertirán los 12 nuevos países en clientes de España? El futuro de España en esta Unión Europea ampliada depende de nuestra mejora tecnológica que nos permita aumentar la cuantía y sofisticación de nuestras exportaciones y la capacidad de llevar a cabo inversiones directas en los países candidatos a través del establecimiento de filiales de capital español o realizar joint ventures en esos países. Los 12 países (si incluimos a Bulgaria y a Rumanía) están siendo objetivo claro de la inversión directa extranjera, ya que gozan de menores costes laborales, mano de obra cualificada, y posición geográfica central, junto al eje nórdico Alemania-Norte de Italia. España aunque se diferencia de esos países por tener mejores infraestructuras de transporte y comunicación y mayores dotaciones de capital humano y tecnológico puede sufrir del mal de la “delocalización”. Una de las ventajas, de este nuevo mercado, desde el punto de vista del consumidor español, será la caída de los precios derivada del incremento de la competencia. Es importante valorar, al hacer este tipo de análisis, que la economía no es un juego de suma cero. Por tanto, si los países de la Europa del Este siguen creciendo y consiguen mayores cotas de riqueza, esto podrá beneficiar también a España en el largo plazo porque nos comprarán. Por ello, la ampliación no debe ser entendida desde España solo como una amenaza sino también como un reto. Reto que implica que nuestro país debe desarrollar sectores de alta y media tecnología y, como consecuencia, realizar un esfuerzo aún mayor en inversiones en I+D para así ser más competitivo. A corto plazo, nuestra economía sí puede verse perjudicada negativamente por la ampliación. Hay que considerar que las empresas manufactureras de los 12 nuevos Estados presentan una gran similitud con las españolas en cuanto a formación, flexibilidad, costes...etc. Pero, frente a los posibles efectos negativos que sobre la economía española puede tener la ampliación, el resultado final (positivo o negativo) va a depender de lo que seamos capaces de hacer y más concretamente de nuestra capacidad para aumentar nuestro nivel tecnológico. En todo caso la ampliación, tanto la de 2004 como la de 2007, es un nuevo proceso de internacionalización de nuestra economía ¿Están aprovechado las empresas españolas las oportunidades que brinda esta ampliación? ¿Han hecho las empresas españolas los cambios necesarios para competir? ¿La entrada de Bulgaria y Rumania supondrá mayor entrada de inmigrantes procedentes de esos países? ¿Les vamos a vender bienes y servicios? [post_title] => Consecuencias para España de la entrada de Bulgaria y Rumania en la UE [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => consecuencias_p [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2006-11-07 08:58:30 [post_modified_gmt] => 2006-11-07 07:58:30 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2006/11/consecuencias_p.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 8 [filter] => raw )
Hace medio lustro, el 1 de mayo de 2004, 10 nuevos países entraron en la Unión Europea, lo que supuso un cambio drástico en la estructura económica de Europa. Se creó un mercado de más de 450 millones de habitantes, un aumento de las relaciones comerciales, dentro de Europa, y un entorno más competitivo. Desde que España entró en la UE, en 1986, hemos recibido cuantiosos fondos estructurales de los países ricos (sobre todo de Alemania y Francia), a cambio nosotros nos convertimos en un importante cliente (compradores) de esos países. Sin embargo la entrada de los 10 nuevos socios no ha generado un aumento sensible del comercio bilateral de España con estos países y es muy posible que haya afectado negativamente a las exportaciones de España al resto de países europeos al ser sustituidas por las de los 10 nuevos países. La posición geográfica de España es muy periférica lo que ha supuesto una desventaja para nuestras relaciones comerciales dentro de la UE, en comparación con países como Alemania, Austria, Francia, Reino Unido o Italia que sí han sabido aprovechar la ampliación. Nosotros estamos pagando la ampliación, en términos de menores fondos europeos. También pagaremos la ampliación del año que viene de Bulgaria y Rumania. Después de la ampliación de 2004 la mayoría de las regiones españolas han dejado de ser Objetivo 1 (aquellas con una renta per cápita menor o igual al 75% de la media comunitaria) y dejarán, por tanto, de percibir fondos estructurales (FEOGA Orientación, FEDER y Fondo Social Europeo) sólo quedarán Andalucía, Extremadura y Galicia, ¿Es esto una amenaza para las regiones españolas que dejarán de percibir fondos? ¿Se convertirán los 12 nuevos países en clientes de España?
El futuro de España en esta Unión Europea ampliada depende de nuestra mejora tecnológica que nos permita aumentar la cuantía y sofisticación de nuestras exportaciones y la capacidad de llevar a cabo inversiones directas en los países candidatos a través del establecimiento de filiales de capital español o realizar joint ventures en esos países. Los 12 países (si incluimos a Bulgaria y a Rumanía) están siendo objetivo claro de la inversión directa extranjera, ya que gozan de menores costes laborales, mano de obra cualificada, y posición geográfica central, junto al eje nórdico Alemania-Norte de Italia. España aunque se diferencia de esos países por tener mejores infraestructuras de transporte y comunicación y mayores dotaciones de capital humano y tecnológico puede sufrir del mal de la “delocalización”.
Una de las ventajas, de este nuevo mercado, desde el punto de vista del consumidor español, será la caída de los precios derivada del incremento de la competencia. Es importante valorar, al hacer este tipo de análisis, que la economía no es un juego de suma cero. Por tanto, si los países de la Europa del Este siguen creciendo y consiguen mayores cotas de riqueza, esto podrá beneficiar también a España en el largo plazo porque nos comprarán. Por ello, la ampliación no debe ser entendida desde España solo como una amenaza sino también como un reto. Reto que implica que nuestro país debe desarrollar sectores de alta y media tecnología y, como consecuencia, realizar un esfuerzo aún mayor en inversiones en I+D para así ser más competitivo.
A corto plazo, nuestra economía sí puede verse perjudicada negativamente por la ampliación. Hay que considerar que las empresas manufactureras de los 12 nuevos Estados presentan una gran similitud con las españolas en cuanto a formación, flexibilidad, costes…etc. Pero, frente a los posibles efectos negativos que sobre la economía española puede tener la ampliación, el resultado final (positivo o negativo) va a depender de lo que seamos capaces de hacer y más concretamente de nuestra capacidad para aumentar nuestro nivel tecnológico. En todo caso la ampliación, tanto la de 2004 como la de 2007, es un nuevo proceso de internacionalización de nuestra economía ¿Están aprovechado las empresas españolas las oportunidades que brinda esta ampliación? ¿Han hecho las empresas españolas los cambios necesarios para competir? ¿La entrada de Bulgaria y Rumania supondrá mayor entrada de inmigrantes procedentes de esos países? ¿Les vamos a vender bienes y servicios?
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