El crecimiento del empleo sigue siendo robusto. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) hecha hoy pública por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el empleo en España ha crecido en 202.500 personas desde julio hasta septiembre. Los sectores más creadores de empleo vuelven a ser la construcción (68.400) y los servicios (177.300). El número de personas ocupadas en la industria permanece casi inalterado y, en cambio, baja la ocupación en la agricultura (descenso de 44.400 personas). No se debe olvidar que el mantenimiento del ciclo económico expansivo de la economía española, a medio plazo, está condicionado por la capacidad de la industria para tomar el relevo de la construcción como motor de la economía. Es de lamentar que el sector industrial siga avanzando a tasas muy modestas y haya perdido algo de vigor con respecto al segundo trimestre de este año. Además, con respecto al mismo trimestre del año pasado (tercer trimestre del año 2005), la ocupación en la industria sigue descendiendo, a la vez que sigue aumentando el empleo de forma prodigiosa en la construcción y en los servicios.
Otro aspecto negativo del patrón de creación de empleo es su concentración en actividades de baja cualificación y escaso valor añadido, como parece indicar el hecho de que el incremento habido en la ocupación en el tercer trimestre de este año ha sido sobretodo de mano de obra extranjera (crecimiento del 3,82%) mientras que el empleo de trabajadores españoles solo creció un 0,64%. En este mismo sentido el paro de los españoles se redujo de julio a septiembre en solo el -3,2%, frente a un descenso de los desempleados extranjeros del -7,06%. Desgraciadamente, España pierde terreno en innovación empresarial y se sitúa a la cola de la Unión Europea. El camino que hemos elegido es el de la construcción y los servicios que, según la EPA, son los sectores que crean empleo. Y no se debe olvidar que el empleo está siendo el motor de nuestra economía. Efectivamente, el fuerte incremento del empleo (sobre todo inmigrante), genera más masa salarial y, por tanto, mayor demanda de consumo y de viviendas, lo que significa más producción de bienes de consumo y más construcción, es decir, más crecimiento económico y empleo, lo que a su vez aumenta la renta, etc. Este círculo virtuoso se basa, en buena medida, en el crecimiento del empleo en sectores de baja productividad (construcción y servicios)
¿En situación tan favorable como la actual podría terminar este “boom” de crecimiento y empleo? ¿Qué puede pasar si siguen subiendo los tipos de interés o se frena el empleo porque se produce una brusca desaceleración del mercado inmobiliario o todo a la vez? ¿Se rompería el círculo virtuoso del empleo y comenzaría un círculo vicioso, es decir habría menos consumo, menos crecimiento y menos empleo?. ¿Dan los políticos suficiente importancia a los fuertes desequilibrios (inflación y déficit exterior) que este patrón de crecimiento está generando?.
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