Tal y como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer elevar los tipos de interés de la zona euro en 25 puntos básicos para situarlos en el 3,25%. Es el quinto incremento que se produce desde diciembre de 2005, cuando estaban situados en el 2%, y los coloca en el nivel más alto desde 2002. Además el instituto emisor ha insinuado que a final de año se situarán en el 3,5%, y ha dejado la puerta abierta a nuevas subidas en 2007.
La medida llega en un momento en que los precios en la eurozona, parecen volver a cauces más razonables tras los descensos experimentados por el precio del petróleo en las últimas semanas. Pero la liquidez es elevada,- la masa monetaria crece a tasas superiores al 8%-, el crédito al sector privado crece a buen ritmo, y la autoridad monetaria se muestra preocupada por el impacto que la recuperación económica de la eurozona pueda tener sobre los precios en el futuro. De alguna manera, como afirma Rafael Pampillón en el artículo que hoy publica en la sección de economía de El Mundo, el BCE considera que los tipos aún están por debajo de su nivel neutro, y prefiere poner la venda antes de que se produzca la herida.
Los primeros en notar los efectos serán aquellas familias con hipotecas a tipo de interés variable, puesto que el euríbor sigue su marcha imparable hacia el 4%. Pero también las empresas notarán un incremento de sus costes financieros y el euro debería apreciarse aún más con respecto al dólar. Lo que no acaba de cuadrar es que, en plena fase de endurecimiento monetario, las bolsas estén tocando máximos históricos. ¿No debería ser al contrario?.
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