Pues parece que si. El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos subió en junio una décima hasta el 4,3%, en línea con lo esperado. La inflación subyacente se incrementó, por encima de lo previsto, en dos décimas hasta el 2,6%, el nivel más alto desde 2002. Con el petróleo tan alto, la tasa de paro tan baja y la capacidad instalada en máximos lo más probable es que la FED suba tipos en agosto hasta 5.5% ¿Parará o seguirá subiendo? Los que piensan que va a parar es porque creen que a pesar de los buenos datos económicos de EEUU los indicadores adelantados señalan un enfriamiento de la economía americana, durante la segunda parte de este año. Esa desaceleración de la economía, puede rebajar las tensiones inflacionistas. Sin embargo, otros analistas no están de acuerdo con esta apreciación y señalan que la inestabilidad en Oriente Medio (volverá a disparar hasta niveles récord los precios del petróleo) lo que generará nuevas tensiones inflacionistas. Así, los riesgos inflacionistas aumentan, con lo que crece la presión para que la Reserva Federal vuelva a subir los tipos de interés, actualmente situados en el 5,25%, por encima del 5,5%.
En su última reunión, la Fed insinuó que podría dar por terminadas las subidas, aunque no dijo cuando, al advertir que el “crecimiento se está moderando”. La Fed ve el crecimiento cerca de su potencial durante este año y 2007 (entre el 3%-3,25%), mientras que ha incrementado sus estimaciones para la inflación. Por tanto se presenta un escenario con menos crecimiento y más inflación. Para el el 8 de agosto, todas las opciones están abiertas pero me inclino a pensar que subirán los tipos hasta el 5,5%.
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