China: crecimiento económico con inflación
El viernes de la semana pasada nos enteramos que la actividad económica china sigue mostrando un elevado ritmo de crecimiento apoyado en el dinamismo de la demanda interna. Efectivamente, en el primer trimestre de 2011, el PIB de China creció a un ritmo interanual del 9,7%. Como consecuencia del crecimiento de la demanda interna, y de otros factores, como es el precio del petróleo, la inflación de China en el mes de marzo se aceleró hasta un 5.4% en comparación al mismo período un año atrás.
Esta fortaleza en el crecimiento económico en un contexto de inflación al alza aconseja, desde mi punto de vista, una política monetaria más restrictiva en los próximos meses. En lo que va de año, los tipos de interés ya han subido en 0,25 puntos (hasta el 6,31% el del préstamo que concede el banco central a los bancos) y el coeficiente de caja para los grandes bancos se ha elevado un punto hasta el 20%, casi el doble del nivel de hace un año.
Zhou Xiaochuan, gobernador del Banco Popular de China (Banco Central de China).
El primer ministro de China, Wen Jiabao, ya advirtió el mes pasado que la inflación es como un tigre, una vez que lo sueltan es muy difícil volverlo a enjaular. De ahí la necesidad de una política monetaria contractiva.
¿Quien dirije en China la política monetaria?
Pero en China la política monetaria no depende solo del Banco Popular de China (banco central) concierne también a varias burocracias, departamentos y comisiones y al Partido Comunista. No hay un solo funcionario (gobernador) al frente de la política monetaria, lo que hace casi imposible que China coordine con otros países su política monetaria. Si la inflación dependiera del Banco Central, el ataque contra la inflación hubiera comenzado mucho antes.
Las políticas económicas de la segunda economía del mundo han generado un crecimiento anual medio de 10% en la tres últimas décadas. Pero China enfrenta hoy su mayor amenaza inflacionaria de los últimos 20 años. Y los líderes chinos han reconocido que el alza de precios es y va a ser su mayor preocupación económica en 2011.
La solución no es fácil. Ya que si China frena de golpe su crecimiento económico, con políticas monetarias y fiscales muy restrictivas, podría no solo ahogar su crecimiento sino también el de la economía global que ya está amenazada por la devastación en Japón y los conflictos en el Norte de África y en Medio Oriente. Si, por el contrario, China permite que la inflación se desboque, ello generaría inestabilidad macroeconómica, expectativas de inflación y asestaría un duro golpe a los consumidores y exportadores chinos.
El Banco Popular de China
En la mayoría de los países, controlar la inflación es la tarea del banco central. China tiene el Banco Popular de China, encabezado por Zhou Xiaochuan, un reformista de 63 años (en la foto). Pero a diferencia de los gobernadores de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo y otros bancos centrales importantes que son independientes, Zhou no es independiente debe responder a las demandas de los líderes políticos chinos.
En realidad, el Banco Popular de China a menudo desconoce las decisiones monetarias hasta que las autoridades superiores se las comunican. El banco central es apenas uno entre una docena de ministerios que presionan a las máximas autoridades del gobierno y del Partido Comunista sobre si deben aumentar o no los tipos de interés o se debe apreciar o no el tipo de cambio. Las decisiones de política monetaria, como tantas cosas en China, revisten una dosis alta de opacidad.
Es inherente a la lógica de un país autoritario, como es China, no tener un banco central independiente. Zhou, gobernador del Banco Popular de China, ha buscado durante mucho tiempo reformar la economía para que dependa más de las fuerzas del mercado. Eso le ha ganado elogios en Occidente, donde se le considera como una especie de embajador económico de China. El poder de Zhou, sin embargo, es limitado en decisiones clave de política monetaria. En el sistema actual, los tipos de interés de intervención o los niveles de reservas obligatorias de los bancos deben ser aprobados por el Consejo Estatal de China, un grupo de 10 personas encabezado por el primer ministro Wen Jiabao.
A veces se ignoran los puntos de vista del banco central, como en 2008, cuando advirtió que el enorme plan de estímulo fiscal podía producir una avalancha de préstamos incobrables y desatar presiones inflacionarias. El estímulo fiscal propulsó la economía china, que creció 9% al año siguiente, 2009, mientras la mayor parte del mundo se hundía en la recesión. Pero también disparó el crédito. Los bancos estatales le prestaron dinero a las empresas públicas, que invirtieron en inmuebles. Los precios de las casas en las ciudades subieron un 50% en los últimos dos años.
Política monetaria restrictiva
El banco central tuvo que hacer una intensa campaña de lobby para persuadir al gobierno y al Partido Comunista de que el combate contra la inflación era absolutamente prioritario. Como consecuencia el 19 de octubre de 2010, China aumentó los intereses por primera vez en casi dos años.
Desde entonces el país ha subido los tipos de interés en otras tres ocasiones y los requisitos de reservas bancarias en otras cinco desde el 10 de noviembre, conforme se ha intensificado el debate del Politburó sobre asuntos monetarios. De todos modos,el tipo de interés de intervención a un año es, como dijimos al principio del 6,31%, un punto porcentual menos que cuando China lanzó su plan de estímulo en 2008.
¿Dado que el objetivo de inflación de China es del 4% debería el banco central, o quien dirija la política monetaria, seguir subiendo los tipos de interés?
Fuente: Bob Davis. “Political Overlords Shackle China’s Monetary Mandarins” WSJ 15 de abril 2011.
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