24
Oct

La población activa de un país es igual a la suma de las personas ocupadas (los que tenemos un empleo) y parados (los que no tiene empleo pero lo buscan). La población activa refleja el mercado de trabajo. La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer (tercer trimestre de 2009), es muy extraña. Disminuye el número de activos (89.000 activos menos), disminuye el número de ocupados (75.000 ocupados menos) y también se reduce el número de parados (14.000 parados menos). El paro baja en 14.100 personas, por razones estacionales. La destrucción de empleo aumenta. Según la EPA la ocupación total en España, en el tercer trimestre, fue de 18.870.200 trabajadores, lo que supone una reducción de 75.000 personas con respecto al segundo trimestre de este año.

Disminuye el empleo

Esta pérdida afecta tanto a la población española, como a la población extranjera. Así, los ocupados españoles han disminuido, en el tercer trimestre, en 55.000 personas mientras que los extranjeros lo hicieron en 20.000. Por sectores económicos se destruye empleo en la industria (80.000 ocupados menos) en la construcción (72.000) y en la agricultura (50.000). Solo se crea empleo en el sector servicios con un aumento de 126.000 trabajadores que se puede explicar por la mayor actividad de los servicios propios del verano. Como consecuencia sería de esperar que en el cuarto trimestre se produzca una destrucción de empleo también en este sector. Sin ir más lejos, el año pasado se perdieron, en el cuarto trimestre, más de 120.000 empleos en el sector servicios.

Disminuyen los activos                                   

La EPA, también confirma, la tendencia iniciada en el segundo trimestre de descenso del número de activos, es decir, hay menos personas (89.000) que buscan trabajo lo que hace sospechar que está aumentando el número de personas que 1) se establecen en la economía sumergida, 2) se quieren formar mejor para adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral, 3) se repliegan a sus hogares para hacer tareas domésticas, 4) pierden su trabajo y, dadas las malas perspectivas se desaniman hasta el punto de que no buscan un nuevo empleo y 5) abandonan el país y buscan trabajo en el extranjero.

El necesario cambio de modelo económico

Los datos de ocupación del tercer trimestre, tanto de la EPA (-75.000) como los de afiliación a la Seguridad Social (-52.000) siguen señalando que España se enfrenta a una desgraciada combinación de modelo económico agotado (y que no parece que por ahora tenga recambio) con una fuerte caída de la actividad económica. Su manifestación más grave es precisamente el fuerte aumento en la destrucción de empleo.

Otros países  como Francia y Alemania están saliendo de la crisis poniendo a sus parados a trabajar en lo mismo en que trabajaban antes de la crisis. En España no: tendremos que dar ocupación a nuestros desempleados en otros sectores, a poder ser con alto contenido tecnológico y con vocación exportadora. Una pesada digestión, que durará años, tras los excesos de la construcción inmobiliaria. Para favorecer este cambio de modelo sería prioritario cambiar la política económica y hacer cuanto antes la reforma laboral (simplificación de los contratos, mejorar la formación de los trabajadores que facilite la reasignación de la mano de obra entre sectores económicos, disminución escalonada de las prestaciones por desempleo, descentralización de la negociación colectiva, mayor movilidad geográfica y funcional, etc.). Así mejoraría la competitividad de nuestra economía y se evitaría seguir destruyendo empleo. Solo una mayor competitividad nos permitirá recuperar la senda de crecimiento económico y la creación de empleo.

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