Desde hace 2 años, venimos señalando, en este blog, que la economía española está sumergida en una crisis por insuficiencia de demanda agregada de proporciones desconocidas y con algunas similitudes con la Gran Depresión de los años 30: alto desempleo, crecimiento económico negativo y deflación. Para salir de aquella crisis se aplicaron políticas políticas monetarias y fiscales expansivas. Ahora el Banco Central Europeo (BCE) está aplicando también una política monetaria expansiva. La más expansiva de su historia: reducción de los tipos de interés, a niveles del 1%. Para conseguir que España abandone la senda de la recesión hace falta que los tipo de interés se mantengan en niveles bajos. La crisis financiera internacional y la muy baja inflación (o deflación) van a permitir mantener bajos los tipos de interés del BCE a lo largo de 2009 y en la primera mitad de 2010.
Esta política monetaria expansiva debe ir acompañada de un saneamiento del sistema financiero, una progresiva liberalización de nuestros mercados, cambios en la estructura productiva y también de una política fiscal que permita el crecimiento de la demanda interna pero sin generar tensiones inflacionistas. De ahí que los programas de expansión del gasto público deban ser temporales y selectivos. Temporales significa que solamente se deben aplicar cuando exista una abundante capacidad productiva ociosa y en ausencia de tensiones inflacionistas. Selectivos quiere decir que el gasto público se debe orientar al cambio de modelo económico, es decir, hacia la mejora de la productividad, por ejemplo, infraestructuras (carreteras, autopistas de peaje, infraestructuras hidráulicas y ferrocarriles), tecnologías de la información y del conocimiento, educación e I+D+i. No es adecuado un gasto público permanente que cristalizase para siempre, como puede ser el aumento innecesario de funcionarios, o aquel otro que no se dirigiera al cambio de modelo.
Parece aconsejable, además, que los encargados de la política fiscal estén preparados para reducir el gasto público cuando se vea la luz al final del túnel por los siguientes motivos: A) El tamaño de las administraciones públicas en España es muy notable, de modo que se vuelve cada vez más ineficiente. B) Hay motivos para pensar que una devolución a la sociedad civil de una parte del Estado del Bienestar mejoraría la oferta de servicios colectivos y aumentaría el interés de la población por los mismos, sin perder ninguno de los escasos aspectos redistributivos del suministro de servicios públicos. En Enseñanza, en Sanidad, en Pensiones, hay posibilidades de privatizaciones. Muchos ciudadanos ya no necesitan que se les obligue a gastar en enseñanza, salud o a ahorrar para el retiro, porque ya lo están haciendo por encima de lo obligatorio. C) La reducción del gasto va a permitir poner a disposición del capital privado (efecto crowding in) más recursos para inversión productiva y crear así nuevos puestos de trabajo.
¿Se debe aumentar el gasto público en España? ¿Debe ser este gasto temporal y orientado al cambio de modelo? ¿Hay margen para incrementar el déficit público y la deuda pública?
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