Según la mitología griega, Sísifo, rey de Éfira, fue condenado a empujar una gran roca por una ladera, pero justo antes de alcanzar la cima la piedra volvía a rodar montaña abajo y la penosa labor debía comenzar de nuevo.
Este personaje mitológico me viene a la mente cada vez que se acerca el día en el que se publicarán datos de paro registrado. En los últimos meses, y poco antes de que los datos se hagan públicos algún miembro del Gobierno anuncia la adopción de alguna medida para hacer frente al crecimiento del paro y frenar la crisis económica, pero esa roca, que son los nuevos datos, hace rodar la iniciativa del Gobierno nuevamente a la casilla de salida.
Este mes el protagonista ha sido el Ministro de Trabajo e Inmigración, que ayer mismo anunció que el Gobierno tomará medidas “urgentes” para mantener el empleo, cuando llevamos ya un año y medio destruyendo empleo en España. Hoy los datos de paro han vuelto a poner de manifiesto que la timidez de las propuestas del Ministro nos vuelve a colocar en la casilla de salida en la lucha contra el desempleo.
El paro ha crecido en febrero en 154.000 personas, el triple de lo que aumentó en febrero del año pasado. En los últimos doce meses el desempleo creció en 1.166.000 personas y ya hemos alcanzado los 3,5 millones de parados. La evolución de la afiliación a la Seguridad Social también es bastante elocuente, con una pérdida de 1,14 millones de afiliados en los últimos doce meses, un 6% de caída.
Este intenso crecimiento del paro, inédito en la historia de España por su velocidad y magnitud, es también desconocido en Europa. Los recientes datos de desempleo europeos, publicados por Eurostat el viernes pasado, indican que la tasa de paro española, que hace un año sólo superaba la media europea en 2 puntos hoy prácticamente la duplica, 14,8% frente a 7,6%.
Y una preocupación adicional de este crecimiento del paro es el rápido aumento del gasto en prestaciones por desempleo. En enero las prestaciones supusieron 2.500 millones de euros, cantidad que si se extrapola al conjunto del año (aunque con toda seguridad será superior, porque el paro este año va a crecer casi 1,5 millones de personas, muchas de las cuales tienen derecho a una prestación) supone ya 30.000 millones. Les recuerdo que en los Presupuestos Generales del Estado aprobados en diciembre la cuantía presupuestada para esta partida era de unos 17.000 millones de euros. El Gobierno ya ha tenido que aprobar una ampliación presupuestaria de 10.000 millones, pero todo parece indicar que se van a quedar cortos.
Finalmente, creo digno de reseñar el que el Ministro Corbacho calificó las medidas planteadas ayer de “coyunturales” y dijo que no está en el orden del día del Gobierno una reforma laboral. Malas noticias para un mercado de trabajo como el español que sufre una sangría de empleo que, desde luego, no es coyuntural y que de la que tiene mucha responsabilidad nuestro anquilosado y anticuado marco de relaciones laborales.
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