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Ene

El INE acaba de publicar la Contabilidad Regional de España 2000-2007. Las comunidades autónomas españolas que presentan un mayor nivel de PIB por habitante, medido en términos de paridad de poder adquisitivo (PPA), son la Comunidad de Madrid y el País Vasco (ambas tienen un PIB por habitante que es un 37% superior a la media europea de 27 Estados miembros), Navarra (con un 33% por encima a la media de la UE-27) y Cataluña (24%). La lista la finaliza Extremadura, cuyo PIB por habitante, medido en PPA, es un 27% inferior a la media europea (UE-27).


Las cinco comunidades autónomas más pobres de España son Galicia (cuyo PIB por habitante es 89, sobre la media 100 de los países UE-27), Murcia (87) Castilla-La Mancha (83), Andalucía (82) y Extremadura (73) que son las que actualmente son objetivo prioritario de cohesión en el marco de las perspectivas financieras de la Unión Europea. De estas 5 hay 4: Galicia, Murcia, Castilla-La Mancha y Andalucía que superan en el año 2007 el 80% de la media comunitaria (UE-27). La cuarta es Extremadura cuya renta por habitante sigue siendo la más baja de todas las Comunidades Autónomas españolas, situándose en el 73% de la media comunitaria (UE-27). Esta situación de atraso en Extremadura se explica, en parte, por la escasez de recursos humanos cualificados en los diferentes órdenes de la actividad productiva. Además, no existen tampoco en Extremadura capitales ni grupos económicos medios o grandes, ya que el gran capital nacional y multinacional se orienta normalmente hacia las zonas con mayor tradición inversora, más desarrolladas y con mejores infraestructuras.

El peso del sector agrario en Extremadura es tres veces superior a la media nacional. En 2007, la costrución también ocupó un lugar importante (15,16% de la actividad económica extremeña), mientras que en España representó el 11,59%. La industria extremeña representó, en 2007, un 6,7% del PIB; en España la industria representó una media del 15,9% del PIB. Extremadura, carece de empresas industriales y de tecnología suficiente para obtener de sus materias primas todas sus posibilidades de explotación y alcanzar, a medio plazo, un nivel económico próximo al español. Cabe exceptuar sectores agroindustriales como los de preparado de tomate, pimentón, cerdo ibérico, tabaco, corcho, etc., donde las instalaciones manufactureras y las explotaciones agrícolas están muy tecnificadas y en constante evolución.

Parece que en el año 2009, la caída en la construción condicionará negativamente la economía extremeña. Sin embargo, la abundancia de agua tendrá efectos positivos sobre la agricultura y el sector de producción de energía eléctrica. Lo que pone de manifiesto la importante dependencia que tiene la economía extremeña, en su conjunto, de la climatología y de los sectores de baja productividada; motivo por el cual se hace absolutamente necesario un planteamiento real y serio para dotar a Extremadura de estructuras empresariales e infraestructuras adecuadas que mitiguen esta dependencia. Mientras tanto, solo cabe esperar que el dios de la lluvia siga cayendo sobre el Oeste de España.

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