Me pregunta Apolonio en un comentario al post ¿Qué es la enfermedad holandesa ( mal holandés )? si se puede curar la enfermedad holandesa y que puede hacer el gobierno de un país para curarla. Tal como señalábamos el 19 de octubre en este blog de economía la enfermedad holandesa ( mal holandés )fue un término acuñado en la década de los años setenta para describir cómo las exportaciones holandesas de gas natural incrementaron el nivel de reservas de divisas del país y como consecuencia apreciaron su tipo de cambio y dañaron su competitividad exterior. Desde entonces este concepto se ha extendido a cualquier proceso económico que acarree pérdida internacional de competitividad.
¿Cuáles son los síntomas de esta enfermedad? La enfermedad holandesa ( mal holandés )presenta síntomas de pérdida de competitividad de la economía y, como consecuencia disminución de la producción de bienes exportables (agrarios e industriales). Además, en países en vías de desarrollo, la pérdida de competitividad que genera la enfermedad holandesa se acompaña a veces con proteccionismo en forma de políticas de sustitución de importaciones que suelen llevar aparejadas elevadas regulaciones de los sectores económicos, con crecimiento del aparato del Estado, corrupción, un aumento de los gastos gubernamentales y por tanto del endeudamiento público.
En Holanda, en los años setenta, el Estado del bienestar con elevado gasto público se había expandido y financiado con facilidad por los ingresos presentes y futuros procedentes de las reservas de gas natural. Esta equivocada política expansiva empezó a corroer la disciplina presupuestaria holandesa y produjo pérdida de competitividad internacional de los productos holandeses. El indiscutible éxito de la economía holandesa de los años noventa consistió en una reacción frente a la enfermedad holandesa de los años setenta. Efectivamente, a finales de los ochenta y como consecuencia de la enfermedad holandesa el paro estaba aumentando a razón de un 2,5 por ciento medio anual.
Como respuesta a esta deteriorada situación, el pueblo eligió un nuevo Gobierno con la misión de curar la enfermedad holandesa y restaurar el equilibrio de la economía. Adoptando una postura más sensata, el nuevo Gobierno rompió con las políticas fiscales expansivas del pasado mediante la reducción del déficit presupuestario (recortando entre otras medidas las subvenciones, congelando los salarios de los funcionarios y frenando otras partidas del gasto del sector público), devaluando la moneda y prestando mayor atención a las inversiones para restablecer la competitividad perdida. Se prefirió crear nuevos puestos de trabajo a aumentar los salarios. Una de las medidas de esta estrategia consistió en amenazar a las patronales y a los sindicatos con una congelación salarial, a menos que todos ellos se avinieran a encontrar una forma de moderar el crecimiento de los sueldos e idear un programa para crear nuevos puestos de trabajo.
En el caso de España la cura a la situación de enfermedad holandesa padecida entre 1988 y 1992 se hizo con 4 devaluaciones del tipo de cambio (2 en 1992, otra en 1993 y la última en 1995), acompañadas de un mayor control del gasto público, estabilidad de precios, equilibrio externo, reducción de la deuda pública y bajos tipos de interés. El resultado ha sido un alto crecimiento económico en el periodo1995-2007. Uno de los principales estímulos a este crecimiento ha sido, sin duda, el control del gasto público que favoreció los tres recortes fiscales de 1999, 2003 y 2007 lo que ha permitido a los contribuyentes quedarse con un mayor porcentaje de renta disponible lo que ha incentivado a trabajar y producir más. También y desde 1996 se han ido desregulando y privatizando algunos sectores que estaban protegidos frente a la competencia con el fin de mejorar la eficiencia en la asignación de recursos. Con una mayor competencia se ha conseguido que el mercado estimule la economía, permitiendo un mayor crecimiento económico y del empleo.
Pero ante la pregunta de Apolonio ¿Cómo se cura la enfermedad holandesa? Una respuesta breve y sencilla sería con tipos de cambio flotantes y un mayor control del gasto público. Es más desde mi punto de vista la solución al problema de la enfermedad holandesa que padecen hoy varios países latinoamericanos pasa necesariamente por una política fiscal más restrictiva. Pero de la enfermedad holandesa latinoamericana y sus posibles soluciones escribiré otro día.
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