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Feb

Una crisis largamente anunciada

Escrito el 14 febrero 2008 por en Economía española

La tormenta de malas noticias económicas en España no escampa. La inflación subió en enero hasta el 4,4%, el paro registrado aumentó también en enero y el indicador de confianza de los consumidores volvió a bajar por noveno mes consecutivo, mientras que la producción industrial, en este caso de diciembre, registraba una caída interanual del 2%, tras otra del 1% en noviembre. Las bolsas han caído en lo que va de año 2008 un 13%.


Las ventas del comercio al por menor registraron en diciembre de 2007 un descenso del 1,9% con respecto al mismo mes del año pasado. Las ventas de automóviles están cayendo en picado. Una desaceleración de la economía en el último trimestre del año pasado y en el mes y medio que llevamos de 2008, más intensa de lo que se esperaba. Son malos datos que confirman lo que venimos diciendo en este blog, que el consumo privado se está desacelerando. La consecuencia más inmediata es que la caída del consumo está impactando de lleno en el pequeño comercio. En enero, más de 4.000 pequeños empresarios del sector tuvieron que cerrar. La cifra representa un crecimiento del 300% respecto a la cifra de 1000 registrada en enero de 2007.

El FMI acaba de recortar el crecimiento económico de España para el 2008. Las previsiones de crecimiento para la economía española llevan 6 meses revisándose a la baja y cabe esperar que se vuelvan a rebajar en primavera. Estas revisiones a la baja de las perspectivas de crecimiento económico realizadas por el FMI y otros organismos nacionales e internacionales en los últimos meses empiezan a notarse en los mercados al convencerse los consumidores y empresarios que el enfriamiento ya ha comenzado. Se sabía desde hace tiempo que había razones para preocuparse.

Hace más de un año señalábamos en este blog de economía que con crear empleo no era suficiente y que el camino económico que habíamos elegido los españoles, centrado en sectores de baja productividad, la construcción y los servicios, era peligroso. Y, aunque esos sectores creaban mucho empleo se trataba de mano de obra de baja cualificación (construcción y servicios). Un empleo (sobre todo inmigrante) que estaba siendo el protagonista y el motor de nuestra economía. Efectivamente, el fuerte incremento del empleo, generaba más masa salarial y, por tanto, mayor demanda de consumo y de viviendas, lo que significaba más producción de bienes de consumo y más construcción, es decir, más crecimiento económico y empleo, lo que a su vez aumentaba la renta, etc. Dije que el ajuste de los precios de la vivienda en España lo íbamos a pagar en términos de paro. Y preguntaba ¿Qué puede pasar si se frena el empleo porque se produce una brusca desaceleración del mercado inmobiliario? ¿Se romperá el círculo virtuoso del empleo y comenzará un círculo vicioso, es decir habrá menos consumo, menos crecimiento y menos empleo? ¿Dan los políticos suficiente importancia a los fuertes desequilibrios (inflación y déficit exterior) que este fuerte crecimiento está generando?

A estos problemas intrínsicamente españoles, que se venían fraguando desde hace varios años, se une ahora un contexto internacional desfavorable y una más que probable recesión en EEUU. Nos guste o no, el futuro económico español es bastante incierto y el horizonte está nublado. Como decía Valentín Bote, el 6 de febrero en este blog de economía, esto no ha hecho más que empezar…y parece que va para largo. Ojala nos equivoquemos. Mientras tanto, como ha dicho Fidalgo del sindicato Comisiones Obreras, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Hay que fomentar otro tipo de tejido productivo intensivo, no en mano de obra sino en innovación, desarrollo y cualificación.

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