28
Sep

La presentación de los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene (2009) se produce en un especial momento de ralentización en la coyuntura económica mundial en general y de una severa crisis económica española en particular. La salida de la crisis dependerá, en buena medida, de cómo reaccionemos ante ella y, en ausencia de política monetaria propia, resulta crucial orientar la política fiscal para que se restablezcan los desequilibrios y se resuelvan los problemas que padece la economía española: fuerte deterioro de nuestro saldo exterior, elevada inflación, crecimiento negativo de la inversión en viviendas y reducción del crecimiento del gasto en consumo de las familias. Las empresas, por su parte, están sufriendo un estancamiento o disminución de la demanda de sus productos lo que no les permite aumentar su producción ni la contratación de mano de obra. El paro aumenta a pasos agigantados.


El escenario oficial no es creíble

El escenario macroeconómico oficial de partida, es demasiado optimista, ya que supera en punto y medio al que se está barajando por la mayor parte de los servicios de análisis de coyuntura. El Gobierno presupone un crecimiento del PIB del 1% para el año 2009, cuando el consenso de los economista prevé un -0,5%. Con este error de predicción el Gobierno, pretende fortalecer la confianza de los agentes enviando el mensaje de que el año que viene no habrá recesión. Sin embargo, en circunstancias como las actuales, de fuerte incertidumbre y cambios en el ciclo económico, el gobierno debería haber sido más cauteloso al discrepar de los principales servicios de estudios ya que con ello reduce la confianza de los agentes sociales en el propio gobierno.

El déficit público y el efecto expulsión

El error de predicción generará un déficit presupuestario mucho mayor del previsto. Se prevé, en los Presupuestos Generales del Estado de 2009, un déficit del 1,5% cuando probablemente alcancemos el 3%. Este déficit no solo contribuirá a generar mayores tensiones inflacionistas si no que también habrá que financiarlo a través de deuda pública lo que aumentará el riesgo país y encarecerá la financiación del sector privado. En una situación, como la que atravesamos, de fuerte de restricción crediticia demandar fondos prestables a los mercados financieros no es buena idea ya que genera un efecto “expulsión” (crowding out); es decir, el sector público expulsa al sector privado de la economía.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2009 prevén un aumento de la inversión nacional de un -1,5% justificado por la caída de la construcción (-5,1% ¿Sólo?) y el crecimiento de los bienes de equipo (+ 3,1% ¿Tanto?). Este incremento de la inversión se verá apoyado por los aumentos de dotación presupuestaria en infraestructuras (inversiones en alta velocidad, carreteras, obras hidráulicas, puertos y aeropuertos) que suben un 4,5% con respecto a este año.

Un esfuerzo mayor en I+D+i

También aumentan en un 6,7% los gastos de investigación y desarrollo (I+D+i). Diferentes estudios han comprobado el enorme impacto de las actividades de I+D+i en el crecimiento económico y en la competitividad de diferentes países. Así pues, en el largo plazo, las acciones, como las que se contemplan en los Presupuestos Generales del Estado para 2009, dirigidas a aumentar la investigación científica y el nivel tecnológico de la economía tendrán un reflejo positivo sobre la competitividad de las empresas. Una de las prioridades que tiene y tendrá España es la creación de empleo y la incorporación de nuevas tecnologías crea empleos duraderos a largo plazo. De hecho, los países que mejor se han adaptado a las nuevas tecnologías y han orientado su producción y sus exportaciones hacia los mercados de alta tecnología han tenido tendencia a crear más puestos de trabajo.

Las prestaciones por desempleo

La otra gran baza sobre la que descansa el esfuerzo revitalizador económico de los Presupuestos Generales del Estado para 2009 es los pagos por prestaciones y subsidios de desempleo que alcanzarán los 19.300 millones de euros. Una cifra a todas luces insuficiente ya que los gasto por desempleo superarán los 23.000 millones de euros.

Estamos, en resumen, ante unos presupuestos muy poco realistas. Por ejemplo, se prevé una caída del empleo del 0,5% (¿Sólo?) y un aumento de los ingresos por IRPF del 6,7% (¿Tanto?). ¿Como pueden aumentar los ingresos por IRPF, en términos reales un 4% (en términos nominales un 6,7%), cuando se va a producir, como mínimo, una caída del empleo del 0,5%?

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