Se cumplen dos importantes efemérides: Han pasado dos décadas desde la crisis del sudeste asiático y el traslado de la soberanía de Hong Kong del Reino Unido a China
De la primera aprendimos que las crisis se repiten y las causas que las originan también así que en menos de una década volvimos a encontrarnos con una situación de elevado endeudamiento, sobrecalentamiento del valor de los inmuebles, alto apalancamiento, y préstamos poco rigurosos que nos condujo a la crisis subprime.
De la segunda, ahora que nos encontramos en pleno fragor del Brexit parece que a los ingleses les gusta crear también zozobra cada cierto tiempo ya que eran muchas las dudas que el cambio de nacionalidad de esta importante plaza financiera asiática ofrecía hace 20 años.
Hong Kong, más de 7 millones de habitantes en poco más de 1.100 Km cuadrados, con un PIB per cápita superior a los USD 55.000 es desde hace veinte años una región administrativa especial de la República Popular de China y sin embargo tras dos décadas de esta unión y cuando empiezan a surgir serias dudas sobre la economía del gigante asiático parece que los dos territorios se encuentran más separados que en la década de los noventa
China ha vivido un boom económico estos últimos 20 años que le ha llevado a convertirse en la segunda economía del mundo y con una clase media en alza y pujante. Por otro lado Hong Kong sigue teniendo una de las mayores diferencias en renta, entre su población, del mundo, unas oportunidades profesionales cada vez más limitadas y un precio de la vivienda prohibitivo. Frente al mantra del gobierno chino de un país dos sistemas, cerca de dos tercios de los habitantes de Hong Kong se consideran antes residentes de la ciudad que ciudadanos chinos, según datos una encuesta realizada por la Universidad que lleva el nombre de la metrópoli. Hay un amplio espectro de la población, sobre todo joven, que ha demostrado contundentemente sus deseos de cambio a través, por ejemplo, de la denominada revolución de los paraguas de hace tres años
Hong Kong necesita a China para las importaciones de cuestiones tan básicas como el agua, la electricidad, por alimentación y principalmente para el capital que han hecho de la metrópoli, con Singapur, las dos plazas más importantes de Asia. Hace dos décadas Hong Kong suponía cerca de una quinta parte del PIB total de China, cuando en el 2017 es menos del 5%. En los últimos años se han tomado iniciativas como la creación del Hong Kong-Shanghai Stock Connect y el Hong Kong Shanghai Gold Connect que han reforzado a Hong Kong como principal destino de fondos chinos
Hace veinte años, Hong Kong era una puerta a un gigante cerrado. Ahora es quien canaliza su ahorro y potencial económico. Veremos también si sirve para contrarrestar las dudas que están surgiendo este año sobre el gigante asiático
Feliz verano 2017
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