Uno de los principales problemas de la desigualdad es, que si no se pone remedio, se reproduce de generación en generación. La educación es una de las principales herramientas para mejorar la movilidad social, o lo que es lo mismo, intentar que no se reproduzcan dependencias intergeneracionales en lo que al nivel de vida conseguido se refiere. Hace unos días hablábamos de los resultados del informe PISA y del aumento de las diferencias entre género y entre Comunidades Autónomas en España y hace algo más de tiempo sobre la reducción de la movilidad social en Estados Unidos (la curva del Gran Gatsby). Ayer Eurostat publicó los resultados de un estudios sobre la transmisión intergeneracional de la desigualdad y los potenciales efectos de la educación sobre ella. El Informe “Educational attainment: persistence or movement through the generations?”.
Este informe los resultados para la totalidad de la Unión Europea son reveladores, mostrando la persistencia de los logros educativos entre generaciones, aunque los resultados difieren según el nivel educativo de los padres: cuando los padres tienen un nivel de educación bajo, el 34 % de los hijos también lo tienen, el 48% llega a estudios de tipo medio y el 18% tiene estudios superiores. Si los padres tienen estudios medios, las cifras son del 8 % – bajo- , 59% -medio- y 33 % alto . Y cuando los padres tienen niveles educativos superiores, sólo el 3% de los hijos tiene estudios básicos, el 33 % tienen estudios medios y el 63% superiores.
En España la movilidad social con respecto a la educación es ligeramente superior entre los padres que menos acceso han tenido a educación, ya que aunque esta situación se reproduce en la mitad de los hijos, el 27% consigue estudios superiores (la media de la UE es de 34% y 18% respectivamente). Y en el caso de que los padres tengan educación superior esta es conseguida por el 75% de los hijos, bastante por encima del 63% de la media de la Europa de 28 países.
La persistencia de los niveles educativos bajos es más del 40% en cinco países, España (50%), Italia (50%), Luxemburgo (52%), Malta (73,5%) y Portugal (68,4%), y es especialmente bajo en Lituania (10,2%), la República Checa (10,8%) y Suecia (11,3%). Cuando hablamos de niveles educativos altos en los padres, la proporción de hijos que también tienen niveles educativos altos está por encima del 70% en muchos países, entre los que se encuentra España con un 75%, implicando que muy pocos hijos tienen niveles educativos inferiores a los de sus padres cuando estos tienen educación superior.
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