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Ene

¡Adiós a los brotes verdes!

Escrito el 26 enero 2013 por Jose Maria O´kean Alonso en Economía española

Algunos indicadores adelantados y otros de coyuntura parcial podían hacernos creer que se podía vislumbrar una luz en el horizonte. La previsión del Banco de España de caída del PIB un 0,6% en el cuarto trimestre y los datos de la EPA del jueves 24, dejan a las claras que, lejos de iniciar una tenue inflexión al alza en el segundo y tercer trimestre, los datos de final de año nos sumergen nuevamente en una tendencia a la recesión.

Política fiscal restrictiva

La economía española, al igual que ocurrió en el segundo trimestre de 2010, responde rápidamente a los recortes del Gasto Público y a la subida de Impuestos con una contracción del consumo y la inversión. Cada vez que parece que se va a iniciar la recuperación, los ajustes impuestos por Bruselas paralizan la Demanda Agregada y agravan la destrucción de empleo. En este último trimestre es el desempleo público el que más se está destruyendo y aún nos queda, para el primer trimestre de 2013, el paro que va originar la reestructuración del sistema financiero.

Las cifras de la población ocupada desde el inicio de la crisis son de impacto y eso que los autónomos han aumentado en 2012 y los asalariados público han estado aumentando durante todos los años de la crisis hasta el pasado año:

EPA – Ocupados por Situación Profesional
2007 2008 2009 2010 2011 2012
Empleadores 1117,9 1165,4 1073,3 1026,5 941,6 913,3
Autónomos 2167,4 2125,1 1917,6 1889,9 1879,5 1965,4
Asalariados Públicos 2913 2958,7 3062,1 3129,6 3190 3013,5
Asalariados Privados 13847 13722,6 12618,6 12217,2 11915,5 11228,2

Datos: EPA IV Trimestre. Datos en miles.

De momento, las reformas del Gobierno no están consiguiendo ni evitar la recesión, ni generar empleo alguno, ni animar el Consumo y la Inversión. Si cuando aparezcan los datos del déficit público se supera el 7%, habrá que pensar ya seriamente si esta mezcla de recortes a medias y falta de modelo alguno de crecimiento nos lleva a alguna parte. E incluso si la reforma laboral debe volver a ajustarse siguiendo otros parámetros más en la línea de simplificar las relaciones laborales con un único contrato con indemnización por despido progresiva a los años trabajados, de manera que se promueva más los nuevos contratos fijos que despedir barato.

De momento, estamos consiguiendo financiarnos más fácilmente, y es de agradecer, pero seguir en recesión con desempleo creciente supone más costes sociales y si el déficit no se termina de ajustar volveremos a situaciones de vértigo.  Y todo ésto en una coyuntura de corrupción masiva e intentos de secesión que nos impide mirar con serenidad y acierto a medio plazo.

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