Como estamos en recesión económica con un constante goteo de estadísticas negativas merece la pena resaltar que siguen llegando buenas noticias del sector exterior español: aumentan las exportaciones de bienes y servicios, se reduce el déficit por cuenta corriente y se rebaja el peso del endeudamiento externo.
El viernes de la semana pasada el Banco de España informaba sobre la balanza de pagos de enero a septiembre y confirmaba que el sector exterior de nuestra economía van bien y que, por tanto, conviene cuidarlo. Así, en los nueve primeros meses del año, el déficit acumulado de la balanza por cuenta corriente se redujo hasta 16.509 millones de euros, desde los 30.296 millones registrados en el mismo período de 2011.
Déficit por cuenta corriente en niveles de 1998
Este déficit por cuenta corriente equivale al 2,1% del PIB: el menor porcentaje de los últimos 14 años. Se trata de una reducción drástica ya que el año pasado el déficit por cuenta corriente, durante ese mismo periodo, fue del 5% del PIB. Y mucho más espectacular si lo comparamos con los años de auge económico (léase boom inmobiliario), cuando nuestro saldo negativo externo llegó a los 100.000 millones de euros anuales (10% del PIB). ¿Cuáles son las causas de esta corrección drástica del déficit externo? Esta mejoría se debió, fundamentalmente, a la reducción del saldo negativo de la balanza comercial y al aumento del superávit de la balanza de servicios y que pasamos a comentar.
La balanza de bienes
Por lo que se refiere a la balanza de mercancías entre enero y septiembre el déficit comercial se situó en 22.129 millones de euros, un 28,6% menos que un año antes. Consecuencia del avance de las exportaciones (+3,5% en tasa interanual) y el descenso de las importaciones (-1,6%). En términos anuales el déficit comercial equivale al 2,8% del PIB, la cifra más baja en quince años. En los 12 meses que van desde octubre de 2011 hasta septiembre de 2012 la evolución de las exportaciones ha sido muy diferente dependiendo del mercado de destino. Así, en ese periodo y con respecto al periodo anterior se reducen las exportaciones que se dirigen a zonas en crisis por ejemplo nuestros socios de la UE (-1%) y, especialmente a la Eurozona (-1,6%) mientras que las exportaciones a los destinos con elevadas tasas de crecimiento como son los mercados extracomunitarios alcanzan tasas de crecimiento muy elevadas (+13%). Entre estos últimos destacan los aumentos de exportaciones a África (+29%), América Latina (+16%) o Asia (+14%), sobre todo Japón (+15%).
La balanza de servicios
Por lo que se refiere a la balanza de servicios, el superávit acumulado en el periodo enero-septiembre de 2012 es un 13% mayor que en el mismo período del año 2011. Es una consecuencia de la ampliación del saldo positivo de turismo y viajes, pero sobre todo por incremento de las exportaciones de servicios no turísticos el 6% con respecto a igual periodo del año anterior. Por zonas geográficas destacan los aumentos en las exportaciones de servicios no turísticos a Alemania, América del Norte y Central, América del Sur y Asia. Por sectores, esta mejora se liga al fuerte empuje de los ingresos de los sectores de comunicaciones, informática, servicios ligados a la construcción, seguros y royalties. Por tanto en la balanza de servicios, al tradicional superávit del turismo, se debe añadir un superávit creciente en los servicios no turísticos y que viene a reflejar también el esfuerzo de las empresas por abrir mercados en el exterior ante la debilidad de la demanda interna.
La apertura exterior
En conjunto las exportaciones de bienes y servicios sigue aumentando rápidamente (4,3%) y han pasado de representar el 24% de nuestro PIB en 2009 al 32% en 2012. Esto significa que en los tres últimos años las exportaciones españolas han ganado ocho puntos de participación en el PIB. Este impresionante aumento de la apertura de nuestra economía es una consecuencia del proceso de devaluación interna que está dirigiendo a España por el camino que lleva a la recuperación económica.
El principal interrogante consiste en saber si seremos capaces de mantener, o incluso de aumentar, las exportaciones en un escenario de enfriamiento de la economía mundial y especialmente de la europea. Esta semana la OCDE, en su informe de Perspectivas Económicas, advirtió que la economía mundial corre el riesgo de volver a contraerse.
Una contracción que sería muy dañina para nuestro sector exterior. Sin embargo, aun considerando ese riesgo, el informe de la OCDE en el capítulo dedicado a España prevé que las exportaciones españolas de bienes y servicios crezcan este año un 4%, el año que viene un 6,4% y en 2014 un 6,2%. Por tanto, la contracción de la economía española (caída del PIB), 1,3% este año y un 1,4% en 2013, prevista por la OCDE sería mucho más profunda si no fuera por el buen comportamiento de las exportaciones de bienes y servicios.
Endeudamiento externo
La reducción de nuestro déficit con el exterior, unido a los ajustes que se están produciendo en el déficit público permitirán seguir reduciendo las tensiones en los mercados de deuda.
La acumulación, año a año, de los déficit generados en la fase expansiva del ciclo generaron un endeudamiento externo cuyo máximo se alcanzó en el segundo trimestre del año pasado: 982,1 mil millones de euros en términos netos, es decir aproximadamente el 93% del PIB. Desde entonces y a medida que se ha ido corrigiendo el déficit exterior esta deuda neta con respecto al resto del mundo se ha ido reduciendo.
Estamos en el buen camino ya que el superávit de bienes y servicios que podemos alcanzar al final de este año podría llegar a compensar los déficit de las balanzas de rentas y de transferencias corrientes. Y en 2013 es muy probable que la economía española genere ya un superávit con el exterior (cuenta corriente) lo que significaría que el conjunto de los hogares, las empresas y el sector público ingresarían más de lo que gastan. Y este aumento del ahorro nacional permitirá ir devolviendo la deuda contraída en la última década con el resto del mundo.
En resumen, la fuerte corrección del déficit por cuenta corriente en los últimos años (2% del PIB en 2012 frente al 10% en 2007) es coherente con el profundo ajuste que está sufriendo la demanda interna (-15% desde el inicio de la crisis).
En cambio el dinamismo de la demanda externa seguirá siendo, en el medio plazo, el único motor del crecimiento. Además, ese aumento de las exportaciones suele ser una condición necesaria para la recuperación económica a la vez que es lo único que, por ahora, permitirá reducir el fuerte endeudamiento de nuestro país. Esta semana el INE ha publicado dos estadísticas que afectan a la competitividad de nuestras exportaciones: una mala y otra buena.
La mala es que, en 2011, el gasto en innovación tecnológica de las empresas descendió un 8,8%. Conviene recordar que los gastos en innovación constituyen un elemento esencial para aumentar las exportaciones de nuestros productos. La buena es que a inflación baja seis décimas en noviembre, al 2,9%, poniendo fin a cuatro meses de ascensos.
Para seguir aumentando las exportaciones se necesita seguir luchando contra la inflación para conseguir que nuestros precios crezcan menos que los de los países con los que competimos. Las exportaciones españolas van muy bien y conviene cuidarlas.
Fuente: Rafael Pampillón. “Buenas noticias”. Expansión. 1 de diciembre de 2012. página 46.
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