Uno de los problemas a los que se enfrenta la economía española en el medio plazo es cómo volver a crecer, mientras se siguen reduciendo los elevados niveles de deuda acumulados en la última etapa expansiva. De momento, en los próximos trimestres no vamos a ver crecimiento, por lo que sería conveniente acelerar el proceso de desapalancamiento que siguen reflejando las cuentas financieras. En las recientemente publicadas por el Banco de España correspondientes al segundo trimestre de 2012 se pone de manifiesto que la conjunción de la intensa destrucción de empleo y la política fiscal restrictiva se está traduciendo en un prolongado deterioro de la renta disponible de los hogares (RBD), de modo que para sostener sus niveles de consumo las familias siguen recurriendo al ahorro, que se encuentra en mínimos desde, al menos, el año 2000.
Esta situación también dificulta el proceso de desapalancamiento, que continúa, pero no al ritmo necesario para una rápida salida de la crisis. La deuda de los hogares se redujo en el 2T12 un 3,7% interanual (-1,7% respecto al cierre de 2011) hasta 858.819 millones de euros (81,1% del PIB), la cifra más baja desde 2006. De este modo, la corrección acumulada desde 2008 es del 6%, y todavía la deuda está muy lejos de los niveles previos al inicio del boom (por debajo del 60%).
En este contexto, los pasivos financieros de los hogares se redujeron en abril-junio un 2,5% interanual (-0,3% respecto al cierre de 2011) y encadenan un año de retrocesos hasta situarse en 930.214 millones de euros. No obstante, la renta bruta disponible (RBD) se contrajo en el mismo periodo un 3,2%, como consecuencia de la merma de las rentas salariales, por la evolución negativa del mercado laboral, junto con la política fiscal restrictiva, que se traduce en mayores impuestos y menos transferencias, de modo que dichos pasivos representaron el 135% de la RBD, un punto más que al cierre de 2011.
Por su parte, el valor de los activos financieros de los hogares encadena cuatro trimestres de caídas y se redujeron un 9% interanual, el mayor descenso desde el 1T09, hasta situarse en niveles de 2005 (1,633 billones de euros). Esta reducción de los activos se debe, sobre todo, a la pérdida de valor de los activos distintos del efectivo y los depósitos (-15,7% interanual vs -1,9%), especialmente de las acciones, que se desploman un 39,3%, y de las participaciones en fondos de inversión (-8,4%).
En consecuencia, la riqueza financiera neta de los hogares agudiza su contracción (-16,4% interanual y -8,2% respecto al cierre de 2011) hasta 702.549 millones de euros, mínimo desde comienzos de 2009. En términos de la RBD, esta cantidad representa el 102%, casi ocho puntos menos que al final del pasado año.
Por tanto, en un contexto de reducción del empleo, caída de la renta bruta disponible, desapalancamiento y reducción de la riqueza financiera, no se puede ser muy optimista con el comportamiento del consumo privado en los próximos trimestres.
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