Se intensifica la presión sobre Portugal.
La crisis política desatada en Portugal a raíz del rechazo parlamentario al plan de austeridad y la dimisión del gobierno ha provocado nuevas rebajas de su rating. S&P lo ha recortado la calificación soberana portuguesa de A- a BBB (a dos escalones del grado especulativo) y la mantiene en perspectiva negativa debido a que: la crisis política retrasará la aprobación de las reformas estructurales y la puesta en marcha de nuevas medidas de austeridad, lo que hace peligrar los objetivos de consolidación de 2011; mientras el riesgo de refinanciación de Portugal se ha incrementado sustancialmente y es muy probable que se vea obligado a solicitar asistencia financiera internacional. Sin embargo, la interinidad del gobierno podría dificultar las negociaciones y retrasaría el desembolso de la ayuda.
Por su parte, Fitch ha recortado el rating dos tramos, hasta A- con perspectiva negativa. La agencia cita razones similares a las de S&P, y además, alude al riesgo de que el Estado tenga que prestar asistencia financiera al sector bancario.
Gráficos: Saldo fiscal portugués y calificación del riesgo de la deuda portuguesa.
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