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Aumentan las importaciones y el gasto público.

Durante esta semana se han publicado datos muy relevantes sobre la situación actual de la economía española. El INE dio a conocer la Contabilidad Nacional del primer trimestre de este año, los Índices de Comercio al por Menor de abril y la evolución de los precios de los bienes de consumo durante este mes de mayo. Además, el Banco de España publicó ayer la balanza de pagos de los tres primeros meses del año. Se confirma que España crece gracias a la demanda interna, a la vez que aumenta el déficit exterior debido al deterioro del desequilibrio comercial. Afortunadamente, sigue creciendo el superávit de los servicios.

Crece la economía

Entre enero y marzo la producción de bienes y servicios en España (PIB) creció un 0,4% respecto al trimestre anterior. Esto supone un crecimiento dos décimas superior al del cuarto trimestre del año pasado y la primera tasa interanual positiva (0,5%) desde el segundo trimestre de 2011. Esta evolución ha sido consecuencia de un aumento en la demanda nacional (+0,9%), que ha sido frenada en parte por una caída en la aportación neta del sector exterior al PIB (-0,5%).

Desgraciadamente, como ya adelantamos la semana pasada, el saldo comercial español sigue un comportamiento cíclico. Durante los años de recesión económica el déficit comercial se reduce. Así ocurrió en los últimos seis años, en los que se contrajeron las importaciones y aumentaron las exportaciones. En cambio, durante las épocas de crecimiento, como empieza a ocurrir ahora, la demanda interna se expande, lo que provoca el aumento las importaciones, la disminución de las exportaciones y el deterioro del saldo comercial.

Efectivamente, según el Banco de España el déficit comercial en el primer trimestre se situó en 5.100 millones de euros frente a los 2.800 del primer trimestre del año pasado. Es el resultado de que, en los últimos doce meses, las importaciones de bienes y servicios hayan crecido más (8%) que las exportaciones (5,5%) y es un indicio de que nuestra economía está volviendo al patrón tradicional.

Así, cuando la demanda interna ha empezado a crecer, 0,9% en el primer trimestre (el mayor aumento desde que arrancó la crisis), la externa ha dejado de aportar positivamente. Este crecimiento de la demanda nacional ha sido consecuencia del aumento del consumo de los hogares, del gasto público y de la inversión en bienes de equipo.

El consumo aumenta

Las familias consumieron en los tres primeros meses del año el equivalente al 60% del PIB, un 0,4% más que en el trimestre anterior. Esta tendencia positiva del consumo ha continuado en el mes de abril. Así, el Índice del Comercio minorista creció en abril un 1,1% mensual (corregido de efectos estacionales y de calendario). Por componentes el mayor aumento se ha producido en vestido y calzado. Pero también en las partidas de muebles, iluminación y electrodomésticos; puede ser una señal más de las muchas que están apareciendo de que el sector de la vivienda se recupera. Esta semana se ha publicado que el aumento del número de hipotecas en marzo fue un 2,0% más que en el mismo mes del año anterior.

En el futuro el consumo de las familias parece que seguirá creciendo debido a: 1) la estabilidad de precios que impide la pérdida de poder adquisitivo; ayer el INE informó de que la tasa de crecimiento de los precios de los bienes de consumo fue del 0,2% en los últimos doce meses; 2) el crecimiento del empleo; los datos de Contabilidad Nacional que venimos comentando señalan que el empleo, medido en puestos de trabajo equivalente a tiempo completo, aumentó en el primer trimestre;  3) el aumento de la confianza de los ciudadanos en el futuro de la economía y 4) que los bancos han empezado a «relajar» los criterios de concesión de crédito para el consumo. Según ha publicado esta semana el Banco de España, ello se debe, entre otros motivos a una cierta mejora de las expectativas sobre la solvencia de los consumidores.

Lamentablemente, la demanda nacional también aumentó debido al extraordinario incremento del gasto público. Durante el primer trimestre, las Administraciones Públicas gastaron un 4,4% más que en el trimestre anterior, es decir, casi 2.500 millones de euros más. Es el mayor aumento en los dos últimos años y supone un retroceso en el necesario proceso de reducción del déficit público.

También ha contribuido al crecimiento la mayor inversión en bienes de equipo (+2,4%) y en activos fijos inmateriales: I+D, programas informáticos, etc. (+3,5%). Una señal de que mejoran las expectativas empresariales y de que el crecimiento económico seguirá aumentando en el futuro.

Perspectivas de futuro

Los datos de coyuntura suministrados esta semana vuelven a mostrar un preocupante aumento del déficit exterior de la economía española como consecuencia de la fuerte reactivación de las importaciones. Mientras tanto las exportaciones, aunque pierden dinamismo, siguen evolucionando favorablemente, sobre todo las de servicios no turísticos que crecieron en el primer trimestre un 8,8% con respecto al mismo periodo del año pasado. Entre enero y marzo, la participación de las exportaciones de bienes y servicios en el PIB ha sido del 34%, dos puntos porcentuales más que en el mismo periodo del año anterior.

Estos crecimientos reflejan que España sigue ganando competitividad. Una prueba es que en el primer trimestre los costes laborales se han reducido un 0,9% con respecto al trimestre anterior y, como consecuencia de la reducción de costes, los precios de las exportaciones también se han reducido.

Afortunadamente, estamos a tiempo de aprender de los errores pasados y de consolidar el modelo productivo basado en las exportaciones que comenzamos con éxito hace seis años y que asegura un crecimiento económico duradero a largo plazo. No se debe olvidar que un crecimiento excesivamente apoyado en la demanda interna acaba desembocando en déficits exteriores que hay que financiar. La consecuencia inmediata es que aumenta la ya elevada posición deudora de España frente al resto del mundo. De hecho, los datos de balanza por cuenta corriente conocidos ayer confirman ese deterioro de la demanda externa. Durante el primer trimestre, el déficit por cuenta corriente se situó en los 8.200 millones de euros frente a los 4.300 del primer trimestre del año pasado.

En definitiva, para consolidar la buena trayectoria de crecimiento de nuestra economía es importante mejorar la competitividad. Es, por tanto, necesario continuar con las medidas de ajuste del sector público y mantener una moderación salarial que evite que aumenten las importaciones, el déficit y la deuda exterior.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «Aumentan las importaciones y el gasto público.» Expansión. Sábado, 31 de mayo de 2014; página 43.