Archivo de abril/2014

3
Abr

Algo se mueve en el BCE

Escrito el 3 abril 2014 por José Ramón Diez Guijarro en Política Monetaria, Unión Europea

WP_Post Object
(
    [ID] => 20396
    [post_author] => 28817
    [post_date] => 2014-04-03 19:56:33
    [post_date_gmt] => 2014-04-03 17:56:33
    [post_content] => Poco a poco y, por tanto, con menos rapidez de lo deseable, el BCE se va adaptando a un contexto económico y financiero muy diferente al del momento de su creación. Ni los problemas son parecidos después de una crisis económica que ha provocado cambios estructurales en el funcionamiento de los mecanismos de transmisión de la política monetaria, ni los objetivos y la estrategia del BCE  tendrán nada que ver a partir de ahora con los de las última décadas. Desde el inicio de la crisis, la autoridad monetaria europea ha tenido que afrontar una ampliación de sus objetivos, incluyendo ahora la estabilidad financiera, lo que implica asumir nuevas funciones, la más importante de las cuales ha sido el mecanismo de supervisión de las grandes entidades financieras. 

Es un proceso nada sencillo, especialmente por el inmovilismo tradicional que han mantenido en materia de política monetaria los países centrales de Europa, liderados por un Bundesbank todavía impregnado por la filosofía del “marco fuerte”. Sin embargo, la aparición del riesgo de deflación en el escenario y las respuestas mucho más rápidas, flexibles y exitosas de los bancos centrales anglosajones al nuevo entorno financiero (de hecho ya se están planteando posibles subidas de tipos de interés),  parece que están acelerando los cambios en el BCE. Por tanto, en el lento proceso “adaptativo” del BCE, en las últimas semanas se empiezan a vislumbrar cambios importantes. Por ejemplo, el presidente del Bundesbank reconoció hace unos días que no se debe descartar la utilización de herramientas no convencionales en caso de necesidad. 

Algo que también se ha percibido en la reunión del Consejo del BCE celebrada esta tarde. Aunque considera que el riesgo de deflación es reducido y no ha aumentado, valoración en la que coincidimos, el  BCE ha dado claras muestras de estar dispuesto a adoptar nuevas medidas, tanto convencionales como no convencionales, es decir, poner en marcha un programa de compra de activos.

El efecto Semana Santa, dado el presumible impacto que ha tenido en forma de un descenso de la inflación en el mes de marzo, aumenta la relevancia del dato de IPC de abril: si no se produce una corrección de dicho efecto, la probabilidad de que el BCE adopte nuevas medidas ya en su próxima reunión sería muy elevada. En cualquier caso, consideramos que los datos de inflación de los próximos 3 meses van a ser cruciales para la definición de la orientación futura de la política monetaria de la UEM.

Hasta ahora el BCE ha reflejado un comportamiento asimétrico con las desviaciones respecto a su objetivo de inflación, mostrándose más benevolente cuando cae a niveles muy bajos. Sin embargo, todo parece indicar que esto podría empezar a cambiar, habiéndose construido un consenso para el uso de medidas no convencionales.

También se detecta un cambio en la preocupación del BCE por el tipo de cambio, dado su efecto sobre las condiciones monetarias y, por tanto, sobre el escenario económico.  Aunque, la instrumentación de la política monetaria de la Fed (actualmente, es más probable que se adelanten las perspectivas de subidas de tipos que se retrasen) debería favorecer una depreciación del euro frente al dólar, sin que el BCE tuviese que adoptar medidas adicionales.

En definitiva, algo se mueve en el BCE, aunque hoy no lo hayan hecho los tipos oficiales. Ello no implica que con toda seguridad vayamos a ver tipos de interés negativos o compras de deuda, todo dependerá de la evolución de la inflación en la zona euro en los próximos meses y del comportamiento del tipo de cambio. Pero lo que sí parece es que poco a poco se está produciendo un cambio de filosofía en el BCE.      

    [post_title] => Algo se mueve en el BCE
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => algo-se-mueve-en-el-bce
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2023-12-13 13:42:15
    [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:15
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20396
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 4
    [filter] => raw
)

Poco a poco y, por tanto, con menos rapidez de lo deseable, el BCE se va adaptando a un contexto económico y financiero muy diferente al del momento de su creación. Ni los problemas son parecidos después de una crisis económica que ha provocado cambios estructurales en el funcionamiento de los mecanismos de transmisión de la política monetaria, ni los objetivos y la estrategia del BCE tendrán nada que ver a partir de ahora con los de las última décadas. Desde el inicio de la crisis, la autoridad monetaria europea ha tenido que afrontar una ampliación de sus objetivos, incluyendo ahora la estabilidad financiera, lo que implica asumir nuevas funciones, la más importante de las cuales ha sido el mecanismo de supervisión de las grandes entidades financieras.

Es un proceso nada sencillo, especialmente por el inmovilismo tradicional que han mantenido en materia de política monetaria los países centrales de Europa, liderados por un Bundesbank todavía impregnado por la filosofía del “marco fuerte”. Sin embargo, la aparición del riesgo de deflación en el escenario y las respuestas mucho más rápidas, flexibles y exitosas de los bancos centrales anglosajones al nuevo entorno financiero (de hecho ya se están planteando posibles subidas de tipos de interés), parece que están acelerando los cambios en el BCE. Por tanto, en el lento proceso “adaptativo” del BCE, en las últimas semanas se empiezan a vislumbrar cambios importantes. Por ejemplo, el presidente del Bundesbank reconoció hace unos días que no se debe descartar la utilización de herramientas no convencionales en caso de necesidad.

Algo que también se ha percibido en la reunión del Consejo del BCE celebrada esta tarde. Aunque considera que el riesgo de deflación es reducido y no ha aumentado, valoración en la que coincidimos, el BCE ha dado claras muestras de estar dispuesto a adoptar nuevas medidas, tanto convencionales como no convencionales, es decir, poner en marcha un programa de compra de activos.

El efecto Semana Santa, dado el presumible impacto que ha tenido en forma de un descenso de la inflación en el mes de marzo, aumenta la relevancia del dato de IPC de abril: si no se produce una corrección de dicho efecto, la probabilidad de que el BCE adopte nuevas medidas ya en su próxima reunión sería muy elevada. En cualquier caso, consideramos que los datos de inflación de los próximos 3 meses van a ser cruciales para la definición de la orientación futura de la política monetaria de la UEM.

Hasta ahora el BCE ha reflejado un comportamiento asimétrico con las desviaciones respecto a su objetivo de inflación, mostrándose más benevolente cuando cae a niveles muy bajos. Sin embargo, todo parece indicar que esto podría empezar a cambiar, habiéndose construido un consenso para el uso de medidas no convencionales.

También se detecta un cambio en la preocupación del BCE por el tipo de cambio, dado su efecto sobre las condiciones monetarias y, por tanto, sobre el escenario económico. Aunque, la instrumentación de la política monetaria de la Fed (actualmente, es más probable que se adelanten las perspectivas de subidas de tipos que se retrasen) debería favorecer una depreciación del euro frente al dólar, sin que el BCE tuviese que adoptar medidas adicionales.

En definitiva, algo se mueve en el BCE, aunque hoy no lo hayan hecho los tipos oficiales. Ello no implica que con toda seguridad vayamos a ver tipos de interés negativos o compras de deuda, todo dependerá de la evolución de la inflación en la zona euro en los próximos meses y del comportamiento del tipo de cambio. Pero lo que sí parece es que poco a poco se está produciendo un cambio de filosofía en el BCE.

2
Abr

BCE: en busca del mal menor

Escrito el 2 abril 2014 por Antonio Zamora en Política Monetaria, Unión Europea

WP_Post Object
(
    [ID] => 20391
    [post_author] => 28821
    [post_date] => 2014-04-02 18:49:49
    [post_date_gmt] => 2014-04-02 16:49:49
    [post_content] => La reunión de política monetaria de mañana ofrece al Consejo de Gobierno del BCE una nueva oportunidad para una acción expansiva que el mercado esperaba en marzo y que ahora duda en anticipar, por más que empiece a pedirse con insistencia desde instancias políticas. Si bien niveles de tipos más bajos en el mercado monetario son perfectamente justificables desde un punto de vista teórico, el BCE puede volver a considerar que dejar las cosas como están es aún el menor de los males.

Un modelo sencillo de estimación de la función de reacción histórica del BCE (la relación entre las variables económicas y el nivel de tipos en cada momento) llega a la conclusión de que durante la mayor parte de la crisis y ahora mismo el tipo de equilibrio ha sido un tipo negativo; es decir, que dadas la capacidad ociosa de la economía y la baja inflación, la regla de funcionamiento previa a la crisis aconseja hoy un tipo negativo, del -0,6% según nuestro modelo. Dado que el tipo EONIA (tipo interbancario a un día) viene situándose por encima del 0,15%, eso significaría que la política monetaria es en estos momentos 75 pb demasiado dura. Asumiendo que el suelo del EONIA es el 0%, la conclusión es que al menos debería situarse más cerca de ese nivel.

Entonces, ¿por qué no lo lleva el BCE hasta ahí? Buena parte de la respuesta es que niveles del EONIA próximos al 0,15% ya pueden considerarse lo bastante próximos al 0% y que el impacto sobre la economía de recorrer ese trecho sería limitado. Además, rebajar el tipo de intervención del BCE (tipo al que presta liquidez a dos semanas al sistema financiero) hasta el 0,1%, asumiendo que hay que mantener cierta diferencia entre ese tipo y la facilidad de depósito (en el 0%), propiciaría un cambio aún menor en el Eonia, que podría mantenerse por encima del 0,05%. Para aproximarlo aún más al 0%, sería, por tanto, necesario que la facilidad de depósito se hiciera negativa, por ejemplo, del -0,1%. Sin embargo, esa decisión, por más que también pudiera favorecer el crédito, plantea el riesgo de un daño no deseado al mercado monetario y a la banca y la posibilidad de un endurecimiento de las condiciones de crédito.

Por estas consideraciones, Draghi ya manifestó en febrero que para actuar sería necesario observar un deterioro de las perspectivas de inflación y/o un repunte significativo en la curva del mercado monetario. Ninguna de ambas cosas se ha producido aún con claridad. Si bien la tasa de inflación de marzo retrocedió dos décimas hasta el 0,5% a/a, el dato está afectado por el desplazamiento este año de la Semana Santa hasta abril y por componentes volátiles, de manera que el BCE preferirá esperar a conocer el dato de abril para actuar. En cuanto a la curva monetaria, la inacción de marzo propició cierto repunte, pero los tipos esperados siguen situándose por debajo del 0,2% para los próximos doce meses, que aún resultan lo bastante moderados para no propiciar una reacción inmediata, para no gastar demasiado pronto la escasa munición convencional existente.

Además, los indicadores económicos vienen siendo coherentes con la suave recuperación esperada por el BCE. El índice PMI compuesto de marzo (53,2) sugiere un ritmo anualizado de crecimiento real del PIB próximo al 1,5%, lo que permite confiar en que la amenaza deflacionista no aumente.

Quedarían otros instrumentos posibles de acción. Uno muy sencillo sería dejar de esterilizar las compras de deuda del antiguo programa SMP (2010 y 2012). Permitiría elevar inmediatamente el exceso de liquidez del sistema y llevaría al EONIA por debajo del 0,1%. El inconveniente es que su impacto duraría sólo unos pocos meses (vencimiento de bonos implicados) y que se romperían las reglas autoimpuestas del programa original. También podría el BCE recurrir a la expansión cuantitativa (el Bundesbank ha afirmado recientemente que es posible), pero las dificultades técnicas (qué comprar sin incurrir en financiación monetaria o qué mercado favorecer) y conceptuales (no es parte de la ortodoxia monetaria) lo hacen aún improbable.

En definitiva, el BCE tiene motivos para actuar, pero probablemente necesitará motivos aún más claros para que hacerlo sea el mal menor. Si es así, el principal problema de Draghi mañana será como evitar una nueva decepción del mercado que haga repuntar a la curva monetaria y aprecie al euro. Y, sin embargo, esa clase de reacción puede acabar siendo la justificación buscada para una acción expansiva en mayo.
    [post_title] => BCE: en busca del mal menor
    [post_excerpt] => 
    [post_status] => publish
    [comment_status] => open
    [ping_status] => open
    [post_password] => 
    [post_name] => bce-en-busca-del-mal-menor
    [to_ping] => 
    [pinged] => 
    [post_modified] => 2023-12-13 13:42:53
    [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:53
    [post_content_filtered] => 
    [post_parent] => 0
    [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=20391
    [menu_order] => 0
    [post_type] => post
    [post_mime_type] => 
    [comment_count] => 1
    [filter] => raw
)

La reunión de política monetaria de mañana ofrece al Consejo de Gobierno del BCE una nueva oportunidad para una acción expansiva que el mercado esperaba en marzo y que ahora duda en anticipar, por más que empiece a pedirse con insistencia desde instancias políticas. Si bien niveles de tipos más bajos en el mercado monetario son perfectamente justificables desde un punto de vista teórico, el BCE puede volver a considerar que dejar las cosas como están es aún el menor de los males. Seguir leyendo…

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle contenido relacionado con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información aquí. Aceptar