La última edición del informe Gender Gap Index 2013, creada por el World Economic Forum, ubica a España en la posición número 30 de los 136 países analizados en lo que se refiere a igualdad de género. El informe mide las diferencias entre géneros en cuatro esferas clave: salud y supervivencia (esperanza de vida y proporción en el nacimiento de ambos sexos); educación (acceso a educación básica y superior); participación política (representación de mujeres en las estructuras políticas), e igualdad económica (diferencias en salarios, en participación en el mercado de trabajo y en puestos de alta responsabilidad). Islandia es el país a la cabeza del ranking, es decir, que muestra la menor brecha de género del mundo, seguida de Finlandia, Noruega y Suecia. Casi estamos habituados a que los países del Norte de Europa sean los primeros en estos rankings, pero los siguientes son muy interesantes: (por orden) Irlanda, Nueva Zelanda, Dinamarca, Suiza, Nicaragua, Bélgica, Latvia y Holanda.
En global, España está reduciendo las diferencias de género en la sociedad, aunque aun muy lentamente (en los dos últimos años ha crecido la desigualdad): 0.65 era el indicador para el año 2000 y en 2013 es de 0,73 (Islandia, el país con mayor igualdad, muestra un valor de 0.87). Es en los indicadores relativos a las oportunidades laborales y en la presencia política donde España está mas lejos de la igualdad de género: Las diferencias en salarios, y por extensión en niveles de renta, así como la presencia de mujeres en puestos de alta responsabilidad ya sea económica o política, son los talones de Aquiles a este respecto de la sociedad española. Comparando las cifras desde el año 2006 hasta la actualidad, España sufrió una caída brusca en el indicador global en 2012, debido a la reducción en la presencia de mujeres en la esfera política, que se mantiene en el año 2013. Sin embargo, los indicadores de educación que cayeron durante los años 2008 y 2009, se han recuperado en el 2013, situándose en la posición 40 del mundo (con valores totalmente igualitarios en lo que se refiere al acceso a la educación de todo tipo para hombres y mujeres) y la participación económica pese a estar lejos de ser óptima ha ido ganando poco a poco en igualdad de género con los años.
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