El atentado en Boston de ayer es una noticia terrible, tanto que es casi imposible que no nos traiga a la cabeza anteriores atentados terroristas. Desde aqui todo el animo y el apoyo a los afectados y sus familias y amigos. Ojala no hubiera pasado. Guillermo de la Dehesa, presidente del CEPR (Centre for Economic Policy Research), escribió, tras los atentados del 11-M en Madrid, un artículo en el diario El País, que ya me impactó en el 2004, y que merece la pena rescatar en este momento: “Las consecuencias económicas de los ataques terroristas”.
En este artículo, Guillermo De La Dehesa repasa como los indicadores economicos como el PIB pueden ser engañosos en estos casos, al reflejar el aumento del crecimiento derivado de la reconstrucción como un aumento marginal de la riqueza del mismo. Al margen de la caída del PIB por el fallecimiento de poblacion. Y es especialmente interesante el analisis que realiza sobre los efectos de la incertidumbre en las decisiones economicas. Lo podemos llamar clima, expectativas o confianza, pero en realidad, hablamos del efecto que tiene sobre la poblacion ser consciente de su vulnerabilidad y de la poca certidumbre sobre su futuro cercano: “Nos encontramos, pues, ante un caso extremo de incertidumbre, ya que no afecta sólo a la economía, sino sobre todo a la misma vida de las personas.”
En este artículo se detallan las terribles consecuencias que estos ataques tambien tienen sobre la economía de la región o del país. Los efectos de esta incertidumbre se verán sin lugar a dudas en el sector de la hosteleria y el turismo, por otro lado, muchos inversores retrasarán sus decisiones o puede que las reorienten hacia rentas fijas en lugas de rentas variables o incluso que estas inversiones se orienten a lugares con menor probabilidad (a priori) de recibir un ataque de este tipo, un aumento en el gasto en seguridad nacional por parte del Estado y el más importante, puede que miedo paralice las decisiones de compra e inversión de los propios ciudadanos. Llegado a este punto, el papel esencial lo tienen las instituciones gubernamentales, que son las encargadas de tratar de inyectar confianza en el sistema para que todo vuelva cuanto antes a la normalidad, aunque no es tarea facil, desde luego. Ojala lo consigan pronto y no vuelva a pasar en ningún otro lugar del mundo.
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