El 10 de Diciembre, tenemos planeado desarrollar un debate sobre las cuotas de género en los consejos de administración de las empresas organizado por el Centro de Estudios Europeos/IE, del que soy fellow, pero podemos empezar ya el debate desde aquí (si estas interesado en venir, solo tenéis que escribirme).
El 14 de noviembre de 2012, alrededor de las 9.30h, Vivian Reding, Comisaria Europea de Justicia, tuiteó desde su cuenta personal, en todos los idiomas de la Unión Europea : @VivianeRedingEU: La Commission ha aprobado mi propuesta de ley europea para que haya 40% de mujeres en los consejos de administración para 2020.
Esta iniciativa proponía un objetivo del 40% para la presencia femenina en los consejos de administración, una cuota “femenina”, aunque con un horizonte temporal amplio (2020). Si bien, y a pesar del mensaje mandado por Viviane Reding, la realidad legislativa de esta iniciativa no es tan sencilla, ya que a pesar de que fue aprobada por la Comisión por unanimidad, solo afecta, en principio, a grandes empresas que coticen en Bolsa y posteriormente, cada Estado debe desarrollar su propia ley nacional, lo que implica que los 27 países de la UE tienen que ponerse de acuerdo en aplicar esta cuota (aunque cada uno a su manera), lo que parece complicado a priori.
Que las mujeres no están llegando a las cúpulas de poder de las grandes empresas no es nada nuevo: en España, solo alrededor del 30% de los directivos son mujeres, y alrededor del 11% de los consejeros de grandes empresas españolas son féminas. La pregunta que nos tenemos que plantear es si realmente una cuota al nivel máximo de la empresa cambiará la realidad y las mujeres pasarán a ocupar estos puestos. En España, ya tenemos desde 2007 la Ley de Igualdad, que tiene como uno de sus objetivos aumentar el numero de mujeres en los puestos de poder, y en los consejos de administración más concretamente (aunque no sanciona por no hacerlo). Desde esta Ley, se ha visto como el número de mujeres ha crecido tanto en valores absolutos como en porcentaje, pero sigue estando lejos de estar en igualdad de representatividad con respecto a los hombres que forman parte de estos consejos. Al ritmo que llevamos, harían falta al menos otros 30 años para poder llegar al 40%.
La incorporación de mujeres a las cúpulas de poder no es una cuestión de justicia social, si no que realmente deber ser visto como una pérdida de aprovechamiento del talento por parte de las empresas, que pueden disponer de perfiles muy preparados para la toma de decisiones, que indudablemente mejorarían la empresa (y probablemente sus resultados) en el largo plazo, pero según mi punto de vista, lo conseguirán más por incorporar un pool diverso de opiniones que por incorporar mujeres por simplemente ser mujeres.
Con esto me planteo muchas preguntas… ya que parece que la regulación de cambios “voluntarios” que tenemos en la actualidad no está funcionando: ¿necesitamos realmente un golpe sobre la mesa (el establecimiento estricto de las cuotas) para poder cambiar la realidad empresarial? ¿por qué la incorporación de la mujer a los consejos no es efectiva? ¿es por cuestiones de decisiones tomadas por las mujeres, o realmente existe un techo de cristal, o se trata de una combinación de ambas? Ademas tenemos que tener en cuenta que la mayoría de las mujeres que ahora llegan a estos consejos lo hacen como miembros independientes, mientras que la incorporación como consejeras ejecutivas es mucho más escasa. ¿no será que la linea de separación está en llegar al puesto directivo? ¿puede una cuota al nivel más alto de la empresa, cambiar la realidad del día a día de la organización? …
Empecemos ya el debate!
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