Ayer el World Economic Forum hizo públicas las cifras del Informe de brecha de género mundial 2012. “El índice del Informe de la brecha de género mundial examina a 135 países, que representan más del 93% de la población mundial, sobre el modo en que se dividen los recursos y las oportunidades entre las poblaciones masculinas y femeninas. El informe mide el tamaño de la brecha de desigualdad de género en cuatro áreas: Participación económica y oportunidad: salarios, participación y empleo altamente capacitado; Educación: acceso a niveles de educación básicos y más elevados; Participación política: representación en las estructuras de toma de decisiones, Salud y supervivencia: expectativa de vida y proporción hombres-mujeres. Los índices de puntuación pueden interpretarse como el porcentaje de la brecha que se ha cerrado entre mujeres y hombres”. (ver la nota de prensa en español para más detalle: http://www3.weforum.org/docs/WEF_NR_GlobalGenderGapReport_2012_SP.pdf)
Los países que encabezan el ranking son Islandia, Finlandia, Noruega, Suecia, Irlanda, Nueva Zelanda y Dinamarca. Salvando a Irlanda, podríamos pensar que existe cierta correlación positiva entre la competitividad y la igualdad de género. Aunque me gustaría pensar que la relacion es siempre que más igualdad de género implica directamente un mayor de competitividad, la verdad es que la relación parece ser más obvia en la otra dirección: los países más desarrollados o con un nivel de vida mayor, se pueden “permitir” políticas de igualdad de género más inclusivas para las mujeres. Lamentablemente, cuando un país tiene que luchar contra una crisis financiera, de deuda o de cualquier otro corto plazo, las políticas de igualdad, a pesar de que todos estamos de acuerdo en sus beneficios, se suelen quedar en la cola de las medidas por tomar.
España ha caído en este ranking de la posicion 12 del 2011 al puesto 26 en el informe del 2012. Y aunque la noticia parece ser esa, no lo es tanto, ya que esencialmente el cambio lo que refleja el caída en el numero de ministros o representantes políticos que son mujeres. Lo más preocupante es que a pesar de que España supera las cifras de equidad de género en lo que se refiere al acceso a la educación entre hombres y mujeres, siendo estas últimas mayoritarias en la educacion terciaria, sin embargo, al analizar las cifras del mercado de trabajo, estamos lejos lejos de llegar una posicion de igualdad digna, tendría que decir. Los indicadores laborales muestran como las mujeres se integran en menor medida en el mercado laboral, lo hacen con salarios más bajos, en media, un 60%, y estan concentradas en los puestos menos visibles o con menos responsabilidad. Y esto que seguro se ha agravado con la crisis, no ha cambiado radicalmente en los últimos años.
Klaus Schwab, Founder y Executive Chairman del World Economic Forum, explica la filosofia de este indicador y de los resultados del informe perfectamente. No es un tema solo de justicia social, es una cuestión de competitividad: “En el futuro, el talento será más importante que el capital o cualquier otra cosa. El desarrollo de una dimensión de género no es solo una cuestión de igualdad, es la tarjeta de presentación para triunfar y prosperar en un mundo cada vez más competitivo.” Los países que consigan integrar de la manera más eficaz y eficiente a su población en la función productiva, serán los que tengan más herramientas para hacerse más competitivos. Aunque la realidad se contradice con esta idea…
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