22
Ago

Una de las cosas buenas de la situación económica actual –si es que se puede decir que tenga algo de bueno- es que suceden cosas que en situaciones normales no resultan posibles. Una de las que me llaman la atención es la referida con las emisiones de deuda, pero no de deuda española, sino alemana. Y la curiosidad viene de que los tipos de interés que resultan en dichas subastas son buenos ejemplos para explicarse en un aula de economía como excepciones a las reglas generales.

En general, un ahorrador que materializa sus ahorros en un instrumento financiero espera una rentabilidad positiva, frente a la alternativa de mantener sus recursos de forma líquida. Dicho tipo de interés refleja el precio –o la compensación- por la espera, como en el caso de un bono a un determinado plazo. La noticia de hoy es que en la emisión que ha realizado el Tesoro alemán de bonos a dos años el tipo de interés ha subido… hasta el 0%, ya que en la subasta anterior, hace un mes, el tipo de interés fue del -0,06%. Es decir, que el Gobierno alemán se estaba financiando y cobraba a los ahorradores por el “favor” de permitirles adquirir sus bonos.

Sin duda, un buen ejemplo de comportamiento inusual –un tipo de interés negativo-, que ya se produjo por primera vez hace meses y que en el caso de deuda a corto plazo, también se ha observado en emisiones francesas. ¿De verdad no hay ningún activo financiero en el mundo en estos momentos que resulte más interesante que uno con rentabilidad nominal negativa? Desde luego algo sorprendente, pero que da que pensar, ¿no les parece a los lectores?

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