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Se estanca el gasto español en I+D

[1]El INE [2] publicó esta semana la estadística del año 2010 sobre actividades en I+D donde se muestra que, el gasto español en I+D, en términos absolutos, registró un aumento del 0,1%, con respecto a 2009.

Desgraciadamente, como consecuencia de la crisis, el gasto empresarial en I+D experimentó una disminución del 0,8% con respecto a 2009. Según los datos del INE en el año 2010, el gasto total en I+D en españa fue de 14.588 millones frente a los de14.582 millones de euros del año pasado. Tanto en 2009 como en 2010 el gasto de I+D ha sido el 1,39% del PIB.

La administración pública, que no incluye ni instituciones privadas sin fines de lucro (ipsfl) ni universidades, aumenta el gasto en un 0,1% con respecto al año 2009 , la administración pública  (sin incluir ipsfl ni universidades) respresenta un 20% del gasto total en I+D (son 2.930.562 miles de euros ). La administración publica + universidades + ipsfl  representa un 48,5% del gasto en I+D (que son 7.082.012, miles de euros) cuyo incremento en gasto en I+D con respecto al año 2009 es de 0.9 %.

Gasto en I+D en España como % del PIB 

 Año  % del PIB
1995 0,79
2004 1,06
2005 1,12
2006 1,2
2007 1,27
2008 1,35
2009 1,39
2010 1,39

Fuente: INE, 2011

Las cifras más recientes dela OCDEapuntan a que nuestro país invierte en investigación y desarrollo mucho menos, como porcentaje del PIB, que el resto de las principales economías dela Unión Europea, Japón y Estados Unidos. En términos absolutos aunque las diferencias de población son considerables (los franceses y los británicos son cerca de un 50% más que los españoles), éstas diferencias no explican que Francia o Reino Unido inviertan más del doble que España.

Distribución entre sector público y sector privado

En 2009, el sector público ejecutó en I+D el 48,5% del total (el año pasado fue el 48%) y el sector empresas el 51,5% frente al 52% del año pasado En países más avanzados el porcentaje de la inversión privada respecto al total es mucho mayor. En Estados Unidos representa el 67%, en Japón, el 77% y en Alemania, 68%. La media dela OCDEse sitúa en el 64% y la dela UE, en el 55%, con datos de 2008.

La baja proporción que representa la inversión privada en I+D sobre el total pone de relevancia el retraso del tejido productivo de nuestro país. Las empresas alemanas, francesas, japonesas, británicas y estadounidenses son las verdaderas protagonistas del gasto en I+D. Sin embargo, las españolas y las italianas comparten esa responsabilidad casi a partes iguales con el Estado. Desgraciadamente los datos de 2010 muestran que aumenta el gasto público y disminuye el gasto privado.

Política tecnológica

Por eso y como venimos señalando, desde hace más de 5 años en este blog, España necesita hacer un esfuerzo mayor en investigación en el sector empresarial, lo que se traduciría en un mayor nivel tecnológico. El fenómeno de la globalización y de la crisis económica impone el necesario incremento de la competitividad y el constante reto de la innovación tecnológica. Y como el sector público realiza casi la mitad del gasto en I+D una de las políticas que se debe seguir en España es incrementar la vinculación de las empresas con la investigación que se realiza en los centros público dedicados a actividades de I+D. No se debe olvidar que ese 48,5% de la investigación que se realiza en España la realiza el Sector Público, con el dinero de todos los españoles.

De ahí que una de las misiones del sistema investigador público debe ser la de proporcionar al aparato productivo la tecnología que necesita, favoreciendo, especialmente, el suministro de innovación a la pequeña y mediana empresa española. En este sentido, se debe procurar que los organismos públicos de investigación se fijen como objetivo contribuir al desarrollo económico del país y ser centros de excelencia investigadora conectados a las necesidades del sector privado, capaces, por tanto, de preguntarse y de dar respuesta a las necesidades del mercado. No hay que olvidar que el objetivo de la política científica y tecnológica es el crecimiento económico y, por tanto, del empleo de alta productividad que es el duradero a largo plazo.