El ritmo de la actividad se modera, si bien continúa siendo muy dinámico. Las medidas restrictivas aplicadas, en especial en el sector de la vivienda, comienzan a tener el impacto deseado por las autoridades. Sin embargo, cada vez es mayor la preocupación acerca del impacto de la desaceleración global sobre China.
El PIB de China creció en el 3T11 algo menos de lo esperado: 9,1% interanual (9,5% anterior), el más bajo en casi dos años. También en términos trimestrales anualizados se registra cierta ralentización, en línea con el contexto de enfriamiento global: entre un 8,0%-8,5%, tras superar el 9% en el trimestre anterior (no se dispone de dato oficial para el nivel del PIB real).
Previsiones para 2011 y 2012
Con este resultado, y anticipando un mayor enfriamiento en el 4T11, es bastante factible alcanzar un crecimiento medio en 2011 del 9,2%. Para 2012, el crecimiento podría acercarse al 9,0%, si bien los riesgos son a la baja.
Cuadro: Previsiones de crecimiento económico para Asia
Buena parte del resultado del 3T11 se debe a una menor aportación del sector exterior (tendencia que se mantendrá en los próximos meses), mientras que la demanda interna logra mantener su dinamismo.
– Las exportaciones registran un importante freno (su ritmo de crecimiento trimestral se reduce hasta un 9%, casi a la mitad que en el trimestre anterior), lo que suaviza el ritmo de ampliación del superávit comercial (fue extraordinario en el 2T11).
– La producción industrial es la principal afectada por la ralentización de las exportaciones (prácticamente se estanca respecto al 2T11), lo que contrasta con el vigor de otros indicadores de actividad. De hecho, la inversión en activos fijos (proxy del gasto en capital) sigue creciendo a ritmos interanuales superiores al 20% y las ventas minoristas cierran el mejor trimestre del año.
La crisis mundial afecta a China
Aunque China sigue siendo una de las economías más dinámicas del mundo no ha podido sustraerse a la corriente de pesimismo global. Cada vez preocupa más el impacto que la persistencia de determinados desequilibrios tendrá sobre su crecimiento potencial.
– La inflación sigue en niveles muy elevados, aunque se puede afirmar que los máximos ya se marcaron en verano. En septiembre se situó en el 6,1%, lo que hace inalcanzable el objetivo del 4,0% fijado para fin de año.
– La pérdida de vigor de sus exportaciones en un contexto de menor crecimiento global aleja la reforma de su sistema de tipo de cambio y hace más probable que se vuelvan a aplicar medidas para depreciar el yuan. De hecho, desde comienzos de octubre el yuan acumula una depreciación cercana al 2% en términos efectivos nominales, rompiendo con la senda de apreciación observada desde julio.
– En balance, en una economía creciendo al 9% con una inflación por encima del 6% y en la que se ha puesto freno a la apreciación del yuan no cabe esperar cambios en la política monetaria a corto plazo.
Situación del sistema financiero chino
Respecto al sistema financiero, en los últimos meses comienza a preocupar no solo el efecto de la caída de los precios de la vivienda, sino también el impacto de la desaceleración económica sobre la solvencia de los agentes endeudados (familias y empresas) y la falta de control que la autoridad monetaria ejerce sobre los préstamos “informales”. Sin embargo, habría que matizar estos efectos y hay que tener en cuenta la capacidad de China para apoyar a su sistema financiero: casi 3 billones de reservas en dólares, cuentas públicas bastante saneadas y el exceso de ahorro.
– El descenso en los precios de la vivienda es suave y es un efecto buscado por el gobierno para evitar la formación de burbujas. Además, el desarrollo del crédito hipotecario es muy reducido: apenas supone un 15% del PIB y casi iguala el valor del ahorro de las familias en un año.
– La dificultad para acceder al crédito bancario durante este último año empujó a muchas PYME’s a solicitar préstamos por otras vías. El volumen de estos créditos “informales” es menos de un 8% del total de crédito concedido por los bancos. Además, la mayor parte de las quiebras declaradas y la mayor concesión de crédito “informal” se concentra en una región que representa menos del 1% del PIB nacional.
– El verdadero problema del sistema bancario consiste en el volumen de crédito concedido a las corporaciones locales, cuyo déficit se ha duplicado en menos de un año (superaría el 25% del PIB). Dado que no se ha examinado el riesgo de estos créditos, en caso de un impago, la tasa de morosidad del sistema financiero podría superar el 12%, frente al 1% en que se situaba a finales de 2010.
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