17
Abr

Estas semana y desde la tragedia del terremoto y tsunami que impactaron Japón hemos tenido varias ocasiones de comprobar la sobriedad, solidaridad y empeño de la sociedad nipona, en su conjunto para recuperarse de lo sucedido.  “It is not about me is about us”.  Esta breve frase muestra una filosofía que es admirable y está lejos de lo que está sucediendo en España.   Estos días es polémica la decisión de una de las mayores multinacionales del país por aprobar prejubilaciones de miles de trabajadores a partir de los 52 años.  Y lo que es más llamativo aún parece que hay cola de empleados que quieren apuntarse a dicho ofrecimiento.  En Japón hay una vinculación histórica del trabajador con su compañía.  Hay una estabilidad que el empleado compensa con una dedicación  a la empresa y a los valores que esta representa.  España es un país dividido en dos: La ingente cantidad de parados que desean trabajar  y los asalariados que marcan los días hasta el próximo viernes, puente o vacación.  

España tiene algo que desde luego no tenía hace quince años que son empresas punteras a nivel mundial en el sector financiero, de telecomunicaciones, tratamiento de aguas, eléctricas, consultoras  etc. Aunque vivimos en una economía globalizada y eso es un hecho indiscutible, las empresas líderes de un país tienen una obligación con sus ciudadanos que va más allá de crear un departamento de desarrollo sostenible o cotizar en el FTSE For Good.  El reducir de una forma drástica el empleo mientras la cuenta de resultados arroja beneficios de cientos de millones  lanza un mensaje tremendo a la sociedad: “It is not about us, is about me”.

Karl Marx señaló hace 150 años que el capitalismo era un sistema que no podía pervivir en el tiempo porque el egoísmo del capitalista que busca su propio beneficio frente a sus congéneres –multiplicado por n empresarios- hacía inviable a la larga el sistema.  Quizás había estudiado como los triunviratos de la antigua roma fracasaban porque  cada cónsul buscaba su beneficio a costa de los otros dos, lo que conllevaba una interminable serie de disputas civiles.  Marx se equivocó pero quizás fue porque hasta el 2007 un porcentaje muy elevado de países de la OCDE se beneficiaban del trabajo del otro medio mundo, de sus bajos salarios o de sus recursos naturales que eran explotadas por multinacionales europeas o estadounidense.  En los últimos tres años son países europeos los que están atravesando serios problemas de liquidez y los que van a los BRICs en busca del mana de la inversión (Bienvenido Mr.Marshall pero al revés) .  Si las empresas punteras de España siguen pensando en el “me” y no en el “us” van a pasar muchos años antes que la situación económica mejoré de verdad

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